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19 mars 2003

¿Y dónde estamos todos, de vuelta a los Imperios ?

 

Por Stella Blanco
Caracas, Venezuela

¿Qué podemos hacer todos los seres humanos que nos encontramos indignados ante tal afrenta, ante la burla que se ha perpetrado a la Organización de las Naciones Unidas, destruyéndola como institución así como cada ápice de credibilidad en alguna ley internacional ? Esto es un desamparo enorme, el mundo está en manos de la dictadura del poder bélico de un Presidente psicótico que nos hace regresar a la edad de los imperios.

Todavía no puedo creer que esto no sea una pesadilla. Sin embargo, como este mal sueño se prolonga demasiado, y nos tiene a muchos aterrotizados, quiero hacer advertencia, a través de este medio, a todos los latinoamericanos, especialmente a los Venezolanos y a los Colombianos que tengamos mucho cuidado en no asumir el concepto de "terrorista" cuando se hace referencia al "guerrillero". También es necesario tomar en cuenta que últimamente se ha desatado un énfasis del gobierno colombiano en que nuestro canciller pronuncie "la palabrita de moda", para otorgar licencia de todo tipo en nuestras fronteras.

Afortunadamente Roy Chaderton aún contra la pared, no lee textos que le ponen por delante en el momento y conoce muy bien la situación.

Es bien sabido que movimientos paramilitares de ultra derecha, sin identificación, se deslizan por nuestras fronteras cometiendo "actos delictivos" deleznables a nombre de las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC) y de el Ejército de Liberacón Nacional (ELN), quienes han negado rotundamente la autoría de los mismos. Hay mucha tela que cortar para cuadrar con el patrón si vamos a hacer un traje. Tenemos que ser cuidadosos con los conceptos, sobre todo ahora que conocemos la impotencia para detener un genocidio de grandes magnitudes, bajo el pretexto de una semántica que no pasa por la lógica.

Lo único que se me ocurre es que nos cuidemos unos a otros dentro de nuestro espacio geográfico y comunicacional. La decepción, la rabia y la impotencia que nos puede habitar no tiene 24 horas de nuestros días, y si necesitamos días de 25 horas los inventaremos para cuidarnos del monstruo.

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