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2 avril 2024

Una vez más llega a Buenos Aires la jefa del Comando Sur

Todos los secretos de la generala

par Raúl Kollmann

 

La jefa del comando sur de Estados Unidos, generala Laura Richardson, aterrizará este martes en Buenos Aires. La visita es habitual. Llegó al país en 2022 y se vio con Cristina Fernández de Kirchner ; en 2023, con el ministro de Defensa, Jorge Taiana.

Esta vez, el anfitrión principal será el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, a quien el presidente Javier Milei le encargó las nuevas relaciones carnales del gobierno con los Estados Unidos. Igual, está previsto un breve encuentro con el mandatario. En los diálogos con CFK y Taiana el tono de las propuestas fue light : sabía que no le iban a aceptar casi nada. Por entonces Richardson no utilizó el idioma más bien duro y exigente que ya evidenció el embajador Marc Stanley durante el último fin de semana. Y los temas a tratar son esencialmente cinco. La base de observación espacial chino-argentina que existe en Neuquén ; el puerto que se está construyendo en Río Grande, Tierra del Fuego ; sobre todo la vía troncal del Paraná en la que se firmó un cuestionado acuerdo de dragado con el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos ; la compra a Dinamarca de aviones F-16 de origen norteamericano y las « bases humanitarias » de Estados Unidos en Chaco y Neuquén.

Un poco de enojo

Cuando Richardson anunció que venía a Buenos Aires, le pidieron que no llegue en una fecha emblemática como el 2 de abril, día de Malvinas. La respuesta fue que no podía llegar otro día, con la cual dejó un halo de enojo en parte de los militares que deberán recibirla.

La cosa no pasará a mayores porque la prioridad del gobierno es el alineamiento con Estados Unidos y el Pentágono, al punto que Richardson no sólo se verá con Posse en la Casa Rosada, sino que se da por hecho que habrá una foto y un encuentro con Milei.

En 2023, Richardson hizo una especie de inventario de los intereses norteamericanos en América del Sur, como si fuera su área de influencia exclusiva. Mencionó « las grandes reservas de petróleo, los recursos de Venezuela en petróleo, oro y cobre ; el triángulo del litio de Chile, Bolivia y Argentina, los bosques de Amazonia que son los pulmones del mundo y el 31% del agua dulce del mundo ».

La base de Neuquén

En los diálogos con Cristina y con Taiana, la generala ya había hecho saber, en tono más bien suave, las objeciones norteamericanas a la base de observación espacial manejada por China, en asociación con la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), en Neuquén. En 2022 y 2023, cuando hizo sus dos primeras visitas, se le explicó que esa base de observación científica es igual a la que tiene la Unión Europea en Malargüe, Mendoza. El argumento no convence mucho a Washington al punto que el embajador Stanley se lanzó sobre la cuestión en una entrevista publicada este lunes en La Nación : « me sorprende que la Argentina permita que las fuerzas armadas chinas operen en Neuquén ». Efectivamente, la base científica está operada por militares chinos, pero no es una base militar, y parte del manejo está en manos de la CONAE.

En realidad, Estados Unidos no aportó hasta ahora ni una sola evidencia de irregularidades, pero —como ya anticipó Página/12— la consigna es « nada de nada con China ».

En un comunicado, la embajada de Pekin respondió este lunes a los dichos de Stanley.

« Hemos tomado nota de los comentarios poco adecuados de la Embajada de Estados Unidos. La Estación de Espacio Lejano en Neuquén es una instalación de cooperación tecnológica espacial. En lugar de los llamados militares mencionados, los científicos de Argentina y de China tienen acceso al uso de esta estación para investigación científica. En 2019, la cancillería argentina y CONAE coordinaron una visita de delegación de representantes diplomáticos, incluyendo de Estados Unidos, a la estación. El documental hecho por la parte argentina en 2019 sobre la estación de espacio lejano chino-argentina ha tenido muy buena acogida. Todo esto demuestra plenamente el carácter civil y el modelo de operación abierto y transparente de dicha estación ».

El puerto de Río Grande

Durante el gobierno de Alberto Fernández se puso en marcha el proyecto de ampliación del puerto de Río Grande, Tierra del Fuego. Por un lado, la iniciativa beneficiaría a la producción industrial que, por ahora, tiene que recibir insumos por Ushuaia. Pero también tiene interés la Marina porque sería un mejor acceso a la Antártida.

Según los expertos, hoy por hoy, desde Tierra del Fuego se llega bien a la Base Marambio, en la que no son fáciles los aterrizajes porque está en una meseta. En cambio, el puerto de Río Grande permitiría un acceso fluido a otra base, la de Petrel, a nivel del mar. También se menciona que desde allí, desde el puerto de Río Grande, se podría hacer un mejor patrullaje sobre la milla 201, de pesca ilegal, y habría otro control sobre Malvinas.

Los estadounidenses ’desconfían’ de esta movida y han deslizado que podría haber intervención y financiamiento chino. En una de sus visitas, Richardson estuvo personalmente en Tierra del Fuego. Las autoridades fueguinas y las nacionales niegan cualquier vinculación de China con el proyecto. « no hay nada chino en esta provincia », aseguran.

Vía troncal del Paraná

Es, tal vez, la cuestión más espinosa. Durante el gobierno del Frente de Todos se firmó un cuestionado acuerdo que le otorga el dragado de la vía troncal del Paraná al Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos. El convenio fue firmado por la Administración General de Puertos, tras una negociación casi secreta con la Embajada de Estados Unidos. El acuerdo no pasó ni por Cancillería ni por Defensa ni por jefatura de Gabinete, según le dijeron fuentes del anterior gobierno.

Quienes cuestionan ese tratado dicen que le da un control a los militares sobre la principal salida de alimentos que tiene, no sólo la Argentina, sino también Paraguay y hasta Brasil. Es una vía clave de las proteínas mundiales, con fuertes sospechas de enormes cargamentos de soja y otros cereales que evaden, por ejemplo, las retenciones. A esto se agregan presunciones sobre contrabando y tráfico de drogas. Los norteamericanos argumentan que China tiene dos puertos (Lima y Timbúes), objetan esa presencia y celebran el control que consiguen vía los « ingenieros ».

El embajador Stanley, justamente, defendió la presencia del Cuerpo de Ingenieros. « Nos invitó el gobierno de Alberto Fernández, no el de Milei. Y es el cuerpo de ingenieros del ejército, pero no son soldados, sino ingenieros civiles contratados por el Ejército. Me enorgullece que nuestro país dé este asesoramiento gratuito para contribuir a la Hidrovía ».

Los argumentos parecen poco consistentes y explícitamente significan presencia militar norteamericana en el Paraná. El gobernador Axel Kicillof ya presentó una protesta por ese convenio y sostuvo que « es inconstitucional ».

« Bases humanitarias »

Richardson también plantea, como lo hizo en sus visitas anteriores, la importancia de lo que llama « las bases humanitarias ». En este momento hay dos. Una en Chaco y otra en Neuquén, cerca de Vaca Muerta. Se menciona que son proyectos del Comando Sur, algo que se desmiente, se confirma y se vuelve a desmentir.

A primera vista significa la provisión de un edificio, camas, frazadas, computadoras, asistencia para posibles catástrofes, inundaciones, terremotos. En teoría, Estados Unidos provee el material y no deja militares ni efectivos en el lugar, sino que lo transfiere a Defensa Civil. De todas maneras, lo que se alega es que los norteamericanos retienen una especie de derecho a inspección y, por supuesto, aparecen las desconfianzas habituales. Es probable que la generala proponga la instalación de nuevas bases.

La insólita operación de los aviones

Seguramente era prioritario para Richardson evitar que la Argentina le compre aviones de combate a China. Por lo tanto, hubo una fuerte presión para que se optara por los viejos F-16 US de los que se quería desprenderse Dinamarca, descartando los Thunder [2007] del gigante asiático que, además, venían con armamento no supervisado por Gran Bretaña, como es el caso de los F-16.

Por ahora, se firmó una carta de intención que implica unos 300 millones de dólares, una cifra descomunal, incompatible con la motosierra de la que habla el gobierno de Milei. De ese monto, Estados Unidos sólo aporta 40 millones de dólares, pero son para el armamento, que se paga aparte. Además, se trata de misiles de bajísimo alcance.

Lo cierto es que, hasta ahora, no se sabe de dónde va a salir el dinero y si la compra, descabellada, realmente se va a hacer.

Aprovechando la oportunidad

Desde el punto de vista global, Richardson viene a aprovechar la oportunidad. Ni Brasil ni Chile ni Colombia ni México, mucho menos Venezuela, están dispuestos a un alineamiento unilateral con Washington. La chance les surgió con Milei, que se alistó en una tardía -y delirante- guerra contra el comunismo. Es seguro que, con esa óptica, el gobierno de la La Libertad Avanza le firmará nuevas concesiones a Richardson y todo lo chino o ruso y hasta brasileño será mala palabra.

Raúl Kollmann* para Página 12

Página 12. Buenos Aires, 2 de abril de 2024.

*Raúl Kollmann es un periodista argentino. Entre 1976 y 1980 ―años de la dictadura cívicomilitar argentina (1976-1983)― vivió cuatro años con su familia en Colombia. En 1988 comenzó a trabajar como periodista de policiales en el diario Página/12 (Buenos Aires). En 2001 publicó el libro « Sombras de Hitler : la vida secreta de las bandas neonazis argentinas ». Entre 2010 y 2017, Kollmann dirige el programa « Rayos X », en Radio del Plata. En 2017 se pasa a Radio 10. En 2012, Kollmann lanzó una seguidilla de tuits contra el cuestionado conductor del programa « Periodismo para todos  », Jorge Lanata.
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EL VIAJE RELAMPAGO DE MILEI A USHUAIA BAJO BANDERA US

El Presidente atravesó más de tres mil kilómetros para reunirse en Tierra del Fuego de manera intempestiva con la jefa del Comando Sur de los Estados Unidos. El país del Norte tiene en la mira la Estación espacial china en Neuquén y la construcción de un puerto en territorio austral, con la mira puesta en el control de la Antártida. El Gobierno sigue atento a los reclamos.

Otra vez disfrazados de militares,
el presidente Javier Milei y el ministro Luis Petri,
con la jefa del Comando Sur Laura Richardson.


Una bandera de Estados Unidos flameó durante horas en el mástil de la base naval de Ushuaia. La habían colocado militares argentinos, a modo de bienvenida para la jefa del Comando Sur de los Estados Unidos, Laura Richardson, que estaba de visita desde el mediodía en Tierra del Fuego para interiorizarse sobre el supuesto interés de China en financiar la construcción del Polo Logístico Antártico, una de sus últimas obsesiones. En ese marco llegaron Javier Milei y su comitiva al fin del mundo, luego de viajar más de tres mil kilómetros desde Buenos Aires —en un vuelo algo accidentado— con el objetivo de lograr un careo y una foto con ella, que a esa altura parecía la verdadera anfitriona. La generala había estado reunida en la Rosada 24 horas antes, y hasta había compartido con algunos funcionarios una cena de cortesía diplomática en la noche del miércoles, pero el Presidente no había participado y necesitaba, como sea, dar un gesto definitivo de alineamiento con los intereses del país del Norte.

Y eso fue lo que hizo, o a medias : Milei sorteó no sólo las distancias y una escala en Río Gallegos en un vuelo que se atrasó más de lo esperado —llegó a Ushuaia pasadas las once de la noche— sino también las protestas a cargo de ex combatientes de Malvinas que lo estaban esperando para denunciar lo que ya asomaba desde el vamos como una renuncia a la soberanía argentina inaceptable para un presidente de la Nación.

Entrada la medianoche, Milei dió una conferencia de prensa en la que se dedicó a elogiar a Estados Unidos. Habló de « una afinidad natural » entre ambos países y aseguró que comparte « las ideas de la libertad » y « una visión del mundo » con la potencia del norte. También ratificó que el país seguirá adelante con la obra del Polo Logístico, aunque de forma « conjunta » con EEUU, algo que no estaba en los planes en la previa.

« Hoy el mejor recurso para defender nuestra soberanía y abordar de forma exitosa estos problemas es precisamente reforzando nuestra alianza estratégica con los Estados Unidos y con todos los países del mundo que defienden la causa de la libertad », aseguró más tarde, en un concepto bastante particular sobre la defensa de los intereses nacionales.

Un viaje intempestivo

Milei se subió a uno de los aviones de la flota presidencial —el flamante Embraer ERJ 140 LR, adquirido por el brigadier general Xavier Julián Isaac — alrededor de las seis de la tarde, y llegó a Ushuaia pasadas las 23hs, sin cursar previo aviso al gobernador fueguino, Gustavo Melella. Con él se llevó al ministro de Defensa, Luis Petri, a su hermana Karina Milei y a su jefe de Gabinete, Nicolás Posse.

El viaje se confirmó de un momento a otro, sin mucho ruido previo y para sorpresa de casi todos. El Presidente no quiso siquiera esperar a que la generala US regresara el viernes a Buenos Aires, antes de terminar su gira por el país y partir rumbo a Guyana. (Días antes, en la víspera del 2 de abril, Milei había rechazado participar en esa misma provincia de la vigilia en conmemoración de otro aniversario de la Guerra de Malvinas.) Parte de esa improvisación le costó caro a la hora de llegar a tiempo, según lo planeado, a su encuentro con Richardson.

Una de las especulaciones en torno al viaje relámpago de Milei es que lo hizo para desagraviar a la generala tras la negativa del gobernador Melella de recibirla con honores en su provincia. « No vamos a recibir formalmente, oficialmente y de ninguna manera a la Jefa del Comando Sur de los Estados Unidos porque realizan prácticas militares junto a Gran Bretaña del Atlántico Sur », había adelantado el gobernador desde el Monumento a los Caídos cuando Richardson ya había confirmado a Tierra del Fuego como parte de su itinerario.

Milei, en ese contexto, decidió que Ushuaia era el escenario propicio para el encuentro, que no había podido ser 24 horas antes en La Rosada. En esa primera reunión, de la que participaron Posse y Petri, el Gobierno confirmó la firma de un acuerdo para la compra de 24 aeronaves de guerra nada menos que a... Dinamarca, aliado de la OTAN de Estados Unidos. El acuerdo fue orquestado por el embajador estadounidense en la Argentina, Marc Stanley, y tuvo como contrapartida el quiebre de un acuerdo latente desde la gestión anterior para comprar ese mismo armamento, precisamente, a China.

La bandera US en la base naval

Richardson había llegado al país con una agenda basada en dos preocupaciones centrales : los avances en la construcción del Polo Logístico Antártico, precisamente en Tierra del Fuego, ante la eventual participación de China en su financiamiento, algo sobre lo que EEUU hasta ahora no aportó una sóla prueba ; y la intromisión y el boicot de la base espacial que el Gobierno de Xi Jinping mantiene en la provincia de Neuquén.

Los puertos

Según trascendió, el Polo Logístico fue para EEUU una amenaza para sus intereses en la Antártida, dado que según dijo la propia Richardson, China está « intentando asegurarse los derechos para construir instalaciones marítimas de uso dual, las cuales apoyarían la proyección de sostenimiento y poder en las cercanías al estrecho de Magallanes », lo que habilitaría el de acceso al país asiático a a la región antártica.

Pero el único puerto que está en marcha en la zona es el de Río Grande, que sería más que beneficioso para el país, porque permitiría la conexión por mar entre esa ciudad y Río Gallegos y facilitaría el control del país sobre el mar argentino, además de mejorar la trazabilidad de las rutas hacia la Antártica. Para Río Grande significaría además potenciar su polo industrial teconológico. Estados Unidos ve el interés chino en financiarlo, pero lo cierto es que hubo un conflicto de larga data con el país asiático porque los convenios se incumplieron años atrás. Hoy, la principal interesada es la tecnológica Mirgor, del grupo Caputo, que espera la aprobación de Nación para avanzar en las obras.

Fuentes fueguinas aseguran que la generala sobractúa la hipótesis de conflicto con China por ese puerto multipropósito para asegurarse otro tipo de intereses : si se construye, Argentina tendría un puerto que hoy no tiene a 600 km en línea recta con las Islas Malvinas. Los británicos, por ahora, se aseguran cierto control del Atlántico a través de las Islas, mientras los estadounidenses controlan el Pacífico. Un statu quo geopolítico que no están interesados en cambiar.

La estación espacial de Neuquén

Otro de los principales intereses de Estados Unidos en esta coyuntura para la Argentina pasa por boicotear la estación espacial china en la provincia de Neuquén, bautizada Estación de Espacio Profundo CLTC-CONAE-NEUQUEN. El Estado argentino tiene firmado un convenio con el país asiático para uso con fines científicos. Por indicación de Richardson, el Gobierno deslizó que ahora lo pretende « revisar ». Fuentes de la Rosada hicieron correr esa versión casi en simultáneo con la llegada de la generala al país, a principios de esta semana.

Pese a las sospechas, Estados Unidos no pudo aportar hasta ahora una sola prueba fehaciente de que China utilice esa estación con algún otro objetivo, por caso militar, que es lo que subyace a sus acusaciones. Pero aún así la administración libertaria se comprometió a realizar un « relevamiento técnico » de lo acordado con China porque, según fuentes oficiales, « hay cosas raras en el contrato », como que supuestamente Argentina no tiene acceso a la base.

Antes que llegara Richardson, el propio embajador Stanley ya había metido presión alrededor del asunto. « Me sorprende que la Argentina permita que las fuerzas armadas chinas operen en Neuquén », había dicho en una entrevista con La Nación, en una intromisión directa en las decisiones soberanas argentinas. La embajada china, enseguida, le respondió a Stanley y, por elevación, a la posición de la Rosada. « La Estación de Espacio Lejano en Neuquén es una instalación de cooperación tecnológica espacial. Los científicos de Argentina y de China tienen acceso al uso de esta estación para investigación científica. En 2019, la cancillería argentina y CONAE coordinaron una visita de delegación de representantes diplomáticos, incluyendo de Estados Unidos, a la estación. Todo esto demuestra plenamente el carácter civil y el modelo de operación abierto y transparente de dicha estación », dijeron.

« Es una barbaridad que el embajador se haya expresado como se expresó, y sobre todo es una barbaridad que el Gobierno pueda permitir semejante intromisión », apuntó en diálogo con Página/12 el ex-ministro de Defensa, Agustín Rossi, quien de paso recordó que el comando Sur de EEUU aportó sus propios fondos para la construcción de una base de Defensa Civil en esa provincia.

Litio y agua dulce

En enero del año pasado, Richardson había trazado una suerte de itinerario de los intereses de EEUU en la región. « ¿Por qué es importante América latina ? », fue la pregunta retórica con la que abrió una conferencia para un evento del Atlantic Council, un think tank vinculado a la OTAN, en la que resaltó los « ricos recursos y elementos de tierras raras », de América Latina. En ese marco, destacó el Triángulo del litio, zona estratégica que comparten Argentina, Bolivia y Chile, que representa, dijo, « 60 por ciento del litio del mundo »

Richardson también aseguró que « tenemos el 31% del agua dulce del mundo en esta región ». Con ese inventario, la jefa del Comando Sur dijo que a su país le queda « mucho por hacer ». « Tenemos que empezar nuestro juego », remató. Milei ya empezó a abrírselo.

Matías Ferrari* para Página 12

Página 12. Buenos Aires, 5 de abril de 2024.

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