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4 février 2014

Ucrania : ¿No pasaran ?

par Guadi Calvo *

 

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Ucrania se ha convertido definitivamente, más allá de las cuestiones internas donde se juega mucho más que la firma de un acuerdo entre Kiev y la Unión Europea (UE), desde hace más de dos meses es otra trinchera de la nueva guerra fría que Estados Unidos de América parece haber declarado a la Federación Rusa.

Las protestas populares dirimen con un gobierno jaqueado, que más allá de haber cedido a muchos de los reclamos, la oposición parece no conformarse con nada que no sea la cabeza del presidente Víctor Yanukovich.

La desproporción entre los reclamos y los métodos usados por la oposición deja bien claro, que los acuerdos no firmados con la UE, no son más que una excusa. Y que sin duda las verdaderas razones de las protestan responden a intereses supranacionales.

La oposición gracias a una monumental campaña de la gran prensa internacional legitima su liderazgo, justifica sus demandas y la gente como botín de guerra, está siendo arreada en post de la democracia moderna y neoliberal a las que son tan dadas las potencias occidentales.

Las protestas se iniciaron cuando el presidente Yanukovich, optó por firmar con Moscú el tratado de « Asociación Estratégica » en que Rusia se comprometía en abastecer de gas a Ucrania desde 2014 a 2019 a un tercio de su valor real, la empresa ucraniana Naftogaz podría comprar el gas ruso a 268,5 dólares por cada mil metros cúbicos, cuando el valor de mercado supera los 400 dólares. En el mismo acuerdo Moscú iba a invertir en bonos ucranianos unos 15 000 millones de dólares. Por su parte la UE ofrecía solo un conjunto de beneficios burocráticos para los ciudadanos ucranianos como la eliminación de visado a los países de la Comunidad y « garantizaba » un fortuito ingreso al mercado común a cambio de una serie de reformas estructurales [eterno chantaje y preludio a futuros abusos et pillajes sin fin. Nota de El Correo].

Los expertos explican que es improbable el acceso de Kiev a la UE y que no pasaría de la firma de algún tratado de libre comercio, ya que Ucrania es demasiado grande, el segundo país más extenso del continente después de Rusia, y peor, demasiado pobre.

Claro las ofertas de Rusia no son debido a su gran corazón, Putin se encuentra desarrollando desde 2008, tras el final de la guerra con Georgia, en un gigantesco plan regional que se conoce como la Asociación del Este, un programa con que intenta el acercamiento con seis ex naciones soviéticas : Ucrania, Moldavia, Bielorrusia, Armenia, Azerbaiyán y Georgia. Con el éxito de este programa Rusia volvería a convertirse en un Imperio.

Es obvio que ni a los Estados Unidos, ni a la UE les interesa, ni conviene la concreción de dicho plan y usaran todas las armas disponibles para hacer fracasar las intensiones imperiales de Moscú.

Teniendo la muy fresca y trágica experiencia de Libia y Siria, no es descabellado pensar que Washington podría tener pensado un plan similar para Ucrania, claro hay diferencias. Tanto Libia como Siria son musulmanes, se ubican en los suburbios del mundo blanco y civilizado y fundamentalmente sus gobiernos, más allá de las tonalidades, tuvieron durante décadas posturas profundamente anti usamericanas.
Ucrania es otra cosa : está en Europa, es fuertemente Cristiana y existe una democracia que más o menos respeta, como todas las democracias, cierto ordenamiento previsible : elecciones y esas cuestiones a las que son tan afectas las burguesías occidentales.

Existen también algunas particularidades históricas que hacen que no sea un país homogéneo y ese puede ser el punto de clivaje para profundizar la crisis y, si fuera necesario, arrastrarlo a una guerra civil ya que los bandos están muy visibles.

Ucrania al igual que muchos países de la región ha sufrido invasiones y conquistas, en su caso de Polonia, Rusia y Austria, lo que ha dejado marcadas influencias y le ha impedido constituir una identidad nacional sólida.

La fuerte influencia de Rusia ha hecho que más allá de un extendido sentimiento antirruso, Ucrania se pueda dividir en dos : la región occidental y rural, es pobre y nacionalista, en la que predomina la Iglesia Cristiana Ortodoxa de Kiev o ucraniana con un antiguo resentimiento de Moscu y una clara predilección por Europa. El sudeste y las poblaciones urbanas e industriales son prorrusas, donde por ejemplo se habla más el ruso que el ucraniano, al tiempo que la religión preponderante es la Cristiana Ortodoxa Rusa.

El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, durante su paso por la Conferencia de Seguridad de Múnich, acusó la UE de fogonear las protestas contra el gobierno ucraniano y se preguntó : « ¿Qué tiene que ver con la democracia el aumento de las protestas violentas ? », « ¿Por qué los políticos europeos alientan eso ? »

En el mismo ámbito el líder opositor y excampeón mundial de boxeo Vitali Klitschko, uno de los grandes pescadores de este río revuelto, afirmó que « Ucrania se encuentra al borde de una guerra civil », « Tenemos que encontrar una solución intermedia para evitar la guerra civil en Ucrania ». Hasta ahora la única solución intermedia que ha encontrado la oposición es la renuncia del presidente y pasarse definitivamente al lado blanco y civilizado de la historia. Al tiempo que insistió con la necesidad de contar con el apoyo externo, mostrarse partidario de formar parte de la UE y sentenció, con la sutileza de un peso pesado : « Sin lucha no habrá ninguna victoria ».

A su tiempo también en Múnich el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, afirmó : « En ningún lugar la lucha por un futuro democrático es más importante que en Ucrania » y como si nadie se hubiera dado cuenta advirtió : « Nuestro mensaje a la oposición de Ucrania será el pleno apoyo por parte del presidente Obama y de los estadounidenses. »
Lo que sin duda mete descaradamente a los Estados Unidos en la cuestión ucraniana y otra vez la sombra de un conflicto de proporciones insospechadas está a la vuelta de la esquina.

Un país complejo

Hemos afirmado que tras la fracasada intervención estadounidense en Siria, la dirección de la política exterior iba a caer en manos de grupos más reaccionario y beligerantes y que Barack Obama se convertiría en un presidente de interior. El avance extemporáneo de John Kerry en la cuestión ucraniana y la nueva tanda de amenazas a Damasco, da a sospechar que este nuevo impulso mesiánico no puede venir de un presidente desprestigiado y sin consenso. Es evidente que la política exterior US está siendo manejada por sectores muchos más conservadores como el tea party por ejemplo y con profundos intereses en común con el Complejo Industrial-militar. Por ello no sería demasiado alocado pensar que el Departamento de Estado tenga un solución a la Libia en este caso.

Ucrania, sin proponérselo ha entrado en la mira de las grandes potencias y esta vez las apetencias no pasan por sus grandes reservas de hidrocarburos o ser un país hostil o peligroso para el mundo libre, ni siquiera sospechoso de esconder armas de destrucción masiva.
Ucrania en ruso significa tierra de frontera y en ucraniano : patria. Y es claro que esto es mucho más que una diferencia semántica. Ucrania está destinada a convertirse en barricada, sin saberse muy bien si los cañones miraran a Rusia o a Europa.

« Una amplia mayoría de los ciudadanos de Ucrania quiere vivir en un Estado libre y próspero y lucha para el derecho de asociarse con socios que los ayudarán a realizar esas aspiraciones. Es una lucha por un futuro democrático y europeo. EE UU y la UE están al lado del pueblo ucranio en esa lucha », insistió Kerry en la reunión de Munich.

La larga historia de incursiones usamericanas muestra claramente que no se quedan en el aliento moral, pero en este caso Ucrania es lindante de Rusia y a nadie le gusta que le tiren el cadáver del vecino en la puerta de su casa. Por eso Moscú no se va a quedar mirando caer al presidente Víctor Yanukovich, que sin ser un aliado, es un vecino muy correcto.

El viernes siete se inauguran los Juegos Olímpico de Invierno en Sochi, a los que Putin ha dedicada miles de millones de dólares y sueños de enamorado. Con esto Rusia quiere terminar de recuperar todo el prestigio y respeto perdido tras la caída del bloque socialista. Envalentonado por sus nuevos logros como fue el caso sirio, ahora pretende ir por todo, por eso Ucrania, se ha convertido en una trinchera clave para Putin donde ya debe ondear por ahí alguna pancarta al mejor estilo de la república española : « No pasaran ». La pregunta es ¿y si pasan ?

Guadi Calvo para Hamartia

Hamartia. Buenos Aires, 4 de febrero de 2014.

*Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista internacional especializado en África, Medio Oriente y Asia Central. Colabora con diferentes medios escritos y radiales de América Latina. Dirige en Facebook : « Línea Internacional », « Revista Hamartia » y « Jornada Latinoamericanas », « Revista Archipielago » (México), « Caratula » (Nicaragua), « A Plena Voz » (Venezuela), Radio Madre (AM. 530) y Radio Grafica (FM 89.3)

El Correo. París, 4 de febrero de 2014.

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