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14 février 2014

República Centroafricana :
Como si alguien soplara las llamas

par Guadi Calvo *

 

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Ni la nueva presidenta de la República Centroafricana (RCA) Catherine Samba-Panza, que asumió el último 20 de enero con la anuencia de las potencias occidentales, ni los seis mil soldados extranjeros entre las tropas francesas y las tropas de la Unión Africana (MISCA) compuesta por efectivos de Camerún, Congo, Gabón, Uganda y el Chad, han hecho nada para detener la violencia que desde diciembre se expande en todo el país entre cristianos y musulmanes como lo analizamos en un artículo anterior : « República Centroafricana como se construye un Estado fallido ».

La situación lejos de apaciguarse recrudece como si alguien soplara las llamas. Tras la muy heroica renuncia del presidente de origen musulmán Michel Djotodia, quién la envió vía mail, ya a resguardo en Yamena, capital de la República del Chad, se van incrementado los casos de venganza.

Los cristianos 80% de la población, se han dedicado con toda devoción a aniquilar o a expulsar del país a sus compatriotas musulmanes que representan tan solo un 15%.

El grupo cristiano de auto defensa « Antibalaka » (antimachete, en sango la lengua local), mezcla de viejos soldados del ejército regular y los matones, que se conformó justamente para resistir las arbitrariedades que debieron soportar durante el gobierno del ex presidente Djotodia y sus pretorianos del Séléka, una organización islamita de profunda inspiración al-qaedeana, que desde marzo de 2013 tras la disolución del ejército y las fuerzas de seguridad se habían hecho de la potestad de la violencia.

La desembozada limpieza étnica y religiosa, que hoy lleva en marcha la milicia cristiana parece que no será detenida hasta concretar el extermino o expulsión absoluta del territorio de la RCA de todos los seguidores del Corán.

Hace tres semanas que los milicianos cristianos se encuentras abocados a aniquilar a sus compatriotas musulmanes, sean miembros del Séléka o no. A todo esto el laissez faire, de las tropas enviadas por París y las Naciones Unidas parecen solo organizar dicha limpieza étnica. Es importante señalar que los 1 600 soldados franceses que forman parte de la operación Sangaris, han desarmado al grupo Séléka, pero han permitido a los milicianos cristianos Antibalaka mantener sus armas, lo que ha provocado un cambió definitivo en el trascurso de los enfrentamientos.

A las numerosas matanzas que tuvieron lugar a lo largo del mes de diciembre, lo que representaría oficialmente poco más de mil muertos, número antojadizo ya que los enfrentamientos se han producido en casi todo el territorio, que tiene el tamaño de Francia y solo cuatro millones de habitantes, lo que hace poco creíble el poder fiscalizador de las ONG que operan en el país y que estas hayan tenido posibilidades de seguir cada uno de los choques y matanzas, más cuando se sabe que son miles los pobladores que huyeron a los bosque buscando refugio y no hay precisiones sobre la suerte de ellos. Sin duda tapar el número de muertos es un beneficio no solo para el Palais de l’Élysée, sino para Washington y las Naciones Unidas (ONU), que no han podido evitar esta nueva tragedia que desde hace más de un año se veía aproximar.

Desde principios de enero habitantes de aldeas y pueblos musulmanes, han debido huir cientos de ellos que no se movieron la suficiente agilidad han sido exterminados. Por ejemplo en Mbaïki, capital de la prefectura de Lobaye, funcionarios de la administración aseguran que un año atrás vivían tres mil musulmanes hoy solo quedan cincuenta.

Según Amnistía Internacional (AI) se han documentado « ataques a gran escala » en poblaciones como Bouali, Boyali, Bossembélé, Bossemptélé, Baoro, Bawi, Yaloké, Boda, Bocaranga y en la capital, Bangui donde el epicentro de los enfrentamientos es en el barrio del mercado conocido como PK5, a cinco kilómetros del centro, cuyas tiendas pertenecen en su enorme mayoría a musulmanes.

El 18 de enero en Bossemptélé, más de cien musulmanes fueron asesinados, entre ellos mujeres y ancianos y un imán de 70 años. Un par de días después de esa masacre la milicia Antibalaka detectaron a cuatro mujeres musulmanas ocultas por una familia cristiana, y fueron ejecutadas.

La coordinadora de AI en el país, Donatella Rovera, informó que cuando los contingentes musulmanes intentan huir, « las milicias los persiguen o les preparan emboscadas, por lo que las únicas opciones para salir son escoltados por las fuerzas internacionales o escondidos en camiones de la ONU ».

Según datos recolectados por AI, más de dos millones y medio de personas ya están necesitando ayuda humanitaria. Solo en la capital son 600 000. Y el número de desplazado alcanza el millón.

Los hospitales siguen desbordados de heridos de bala o machete, que llegan a diarios tras enfrentamientos entre vecinos de diferentes credos, que durante décadas habían vivido en armonía. Ahora las venganzas y los linchamientos son continuos y a un cristiano asesinado se responde con un musulmán y la cadena sigue sin que las fuerzas de intervención francesas se decidan a cortar el espiral de odio.

La mayoría de los cristianos, que han debido refugiarse, se encuentran en edificios de la iglesia, campamentos y en el aeropuerto M’Poko a 7 kilómetros al noroeste de la capital, custodiado por las tropas francesas, donde ya se hacinan más de 100 000 personas. Al tiempo que en poblaciones del noreste, donde más fuerte era la presencia musulmana están siendo abandonadas. Muchos desplazados buscan el Chad como primer destino, convencidos que les será imposible regresar su país.

Solo en un año la ex alcaldesa de Bangui y actual presidenta de RCA, Catherine Samba-Panza tendrá que pacificar el país, organizar elección y trasmitir el mando. Sin duda una tarea mucho más que compleja cuando los países encargados de tutoriar el proceso : Francia y Estados Unidos, están más interesas en los enormes yacimientos de uranio y oro que en salvar a la República Centroafricana del fuego.

Guadi Calvo para Hamartia

Basándonos en los espacios analógicos y ciertos hechos similares, y, aunque todavía faltan datos normativos para demostrar totalmente la influencia de una doctrina sobre el sistema que afecta actualmente la República Centroafricana, de la misma manera que sobre la articulación de las milicias con respecto al aparato represivo del Estado de la Centroáfrica y que la posición actual de los militares franceses, no es un estructura integrada a la cúpula del aparato militaro-policial como fue el caso en Ruanda que estaba en estado de excepción, El Correo propone consultar, y con toda prudencia, los siguientes textos para una mejor comprensión de una posible similitud :

El Correo. París, 13 de Febrero de 2014

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