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3 octobre 2012

Oligarquía, austeridad y represión.

par Alberto Rabilotta *

 

Sobre la situación en la zona euro (ZE) hay mucho que decir, pero mejor leer el excelente análisis titulado « Crónica de una muerte anunciada » de Bernardo Kilksberg, Gran maestro de la Universidad de Buenos Aires [1], quien además de ser doctor en economía conoció y vivió la realidad de las políticas de austeridad en su Argentina natal : « En economía hay muchas incertidumbres, pero una de las cosas que hoy se saben después de experiencias como las de Argentina y México en los ’90 y Europa actualmente es cuáles son los efectos de los ajustes ortodoxos. Son, parafraseando a García Márquez, la « Crónica de una muerte anunciada ».

Y como dice Kilksberg, la « propuesta ortodoxa es ante todo mala economía, produce efectos letales. Sin embargo, beneficia a sectores, particularmente financieros, del uno por ciento que hoy es el dueño de nada menos que el 43 por ciento del Producto Bruto Mundial y que necesita de un relato de la economía que lo legitime y proteja sus intereses ».

Y en materia de protección de sus intereses, agregaría este periodista, los oligarcas tienen a su servicio los Estados, que cuanto más endeudados están mayor uso hacen de su « monopolio de la violencia legitima ». ¿Alguien vio que el FMI haya alguna vez reclamado cortes en el gasto militar y de la seguridad pública a los países latinoamericanos que hace dos o tres décadas tuvieron que ejecutar los severos planes de austeridad que exigía el Consenso de Washington ? No, eso jamás sucedió. Más bien al contrario, la experiencia muestra que con los planes de austeridad aumentó la resistencia popular y se disparó tanto la represión como el gasto en la « seguridad pública ».

Las cifras del Instituto de Investigaciones sobre la Paz Internacional de Estocolmo (Sipri, en inglés) muestran que en el 2011 los 27 países miembros de la UE gastaron 281 mil millones de dólares estadounidenses en el rubro de « Defensa », apenas ocho mil millones menos que en el 2008, lo que coincide con las cifras del organismo de la UE que se ocupa de las estadísticas, Eurostat, que sitúa en 1.6 por ciento del PIB el gasto destinado a la Defensa por parte de los países miembros entre el 2002 y el 2010 [2]

Pero en el capitulo de la « seguridad pública », es decir en las fuerzas policiales, prisiones y organismos judiciales para « mantener el orden », el gasto de los países de la UE pasó de 1.8 por ciento en 2002 a 1.9 por ciento en 2010, y probablemente aumentó en el 2011 si tenemos en cuenta que los cortes en el gasto estatal en muchos países de la UE, para reducir los déficits públicos, no afectan al gasto militar ni tampoco al de la « seguridad pública ».

Todo esto para recordar que las políticas de austeridad que están aplicando los gobiernos de la UE bajo el dictado de la oligarquía financiera, causantes del empobrecimiento masivo, el desempleo y la miseria de millones de europeos, tienen necesariamente que venir acompañadas de políticas represivas, y a veces de golpes de Estado y dictaduras cuando se trata o se trataba de países latinoamericanos.

Cuando la oligarquía tiene el poder la democracia cesa de tener vigencia.

Ese uno por ciento, la oligarquía que domina el mundo, tiene temores. El más grande es que los pueblos decidan despojarlos de su « riqueza obscena », como escribe el Blogger « masaccio » al señalar que según el columnista Kenneth Rapoza, de la revista Forbes –la que leen los oligarcas para saber en que lugar se encuentran entre los 500 más ricos del mundo- lo que los ricos temen más es que « congresistas falderos » de pronto empiecen a plasmar las demandas del electorado. O que « haya violencia en las calles », como escribe Robert Frank en la sección Reporte sobre la Riqueza del diario Wall Street.

En el 2010, según el economista Emmanuel Saez de la Universidad de California en Berkeley, los ricos estadounidenses, el uno por ciento de la población, se apropió del 93 por ciento del aumento del ingreso, y según un análisis de Peter Robinson de la agencia Bloomberg (2 de octubre 2012) en el 2011 la brecha entre ricos y pobres en Estados Unidos superó, en desigualdad en los ingresos, a las de Uganda y Kazajstán.

Y como los pueblos tienen en un momento dado la tendencia a protestar y exigir cambios de política, como política de principio la oligarquía exige que el Estado utilice su « monopolio de la violencia legítima », o sea que reprima cualquier manifestación de protesta o crítica al sistema.

A la vista está la muchas veces brutal represión policial contra los manifestantes de Ocupemos Wall Street en Estados Unidos, o contra los manifestantes en Grecia y España, por ejemplo. Y quienes hemos vivido la realidad latinoamericana sabemos que no solamente la represión aumentará a medida que se incremente la protesta social, sino que irá adquiriendo todas las características de violencia y arbitrariedad que corresponden a una dictadura, a la dictadura del capital financiero.

Las fuerzas democráticas europeas, aquellas que realmente se oponen a esta oligarquía, deben estudiar lo que sucedió cuando el FMI –con el apoyo de la oligarquía local y de los militares- obligó a ciertos países latinoamericanos a llevar a cabo políticas de austeridad similares, o quizás un poco más severas que las aplicadas actualmente en Grecia o España.

Oligarquía, austeridad y represión van unidas contra los pueblos. La democracia y la protesta no tienen cabida en esa ecuación, esa es la realidad hasta el momento en que masivamente los pueblos dicen ¡Basta ! y ¡Que se vayan todos !.

La Vèrdiere, Francia.

Notes

[1« Crónica de una muerte anunciada », por Bernardo Kilksberg, Asesor Especial del Buró de Políticas para el Desarrollo del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. Página/12. Buenos Aires, 3 de sept de 2012

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