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8 avril 2015

Las Américas y aquel ABC de Perón I y II (completo)

par José Steinsleger *

 

Primera parte

¿Qué esperar de la séptima Cumbre de las mal llamadas Américas (Panamá, 10-11 abril), un aquelarre inventado por el Consenso de Washington y la anacrónica OEA en el decenio de 1990 ? ¿Un choque entre gobiernos serviles o renuentes a Estados Unidos, o el hipócrita consenso que al imperio le facilite ofrecer, bilateralmente, zanahorias para Cuba y garrotes para Venezuela ?

A 10 años del entierro del ALCA (cuarta Cumbre de Mar del Plata), parecería que el panamericanismo en versión new age trata de recuperarse de sus crónicas derivas. Es lo que se trasluce de la creciente partición entre el mare nostrum caribeño y mesoamericano, y algunos gobiernos del sur que andan juntos para marchar separados, fortaleciendo desconfianzas, miedos, desunión.

Con la aparición de Hugo Chávez, la revolución bolivariana y la vigorosa irrupción de los movimientos populares en América Latina, muchas cosas empezaron a cambiar. Estos procesos conllevan, en efecto, sentimientos comunes con otros : la Patria Grande de Bolívar, la América nuestra de Martí.

Pero en el cono sur sus lecturas no admiten fáciles analogías. V. gr. : las maniobras de Inglaterra para que Brasil expandiera su vasto territorio, Chile se convirtiera en un British garden, Argentina levantara un enclave neocolonial similar al de Hong Kong y, en medio, un algodón entre dos cristales : Uruguay. Mientras Paraguay, por resistirse a la geopolítica del Foreign Office, fue literalmente reducido a cenizas por sus vecinos.

Para no ir lejos, aterricemos en la segunda etapa del panamericanismo, luego de que en la Conferencia de Yalta Washington y Moscú se repartieron el mundo de posguerra (1945). El capitalismo, entonces, descubre nuevos enemigos : los pueblos que luchan contra el colonialismo, intentando su liberación por vía armada.

En América Latina, donde con excepción de Puerto Rico no había lucha anticolonial, Estados Unidos concluye que la penetración ideológica del comunismo era una forma de agresión extracontinental. Cosa curiosa, pues bien sabía Washington que los partidos comunistas de la época no tenían permiso para pensar.

El de 1953 fue un año de inflexión : muerte de Stalin, empate militar en la guerra de Corea, clímax del macartismo en Estados Unidos, carrusel de ensayos nucleares bajo tierra, en Irán la CIA derroca al gobierno nacionalista de Mohamed Mossadegh (Operación Ajax, oficialmente TP-AJAX), en España Washington decide apoyar a Franco, y en Indochina Ho Chi Minh lanza una profecía : Los imperialistas estadounidenses incitan a Francia a intensificar su guerra de reconquista en Vietnam. Lo que quieren es debilitar a los franceses para ocupar su lugar.

Tal era el clima de la época, con los intelectuales de París decodificando qué quiso decir Samuel Beckett en Esperando a Godot : Nada ocurre, nadie viene, nadie va, es terrible. Angustias de la gente intoxicada de cultura. Porque en sentido contrario, en julio de aquel año, un joven médico se despedía en Buenos Aires de padres, hermanos y amigos, exclamando ¡Aquí va un soldado de América !, desde un tren que la locomotora de la historia ponía en marcha. Y días después, en rara sincronía, otro joven inquieto encabezaba el ataque al cuartel Moncada, rompiendo en dos la historia de Cuba y América Latina.

Sin saber qué hacer con el ecléctico Juan D. Perón, Moscú y Washington lo calificaron de nazifascista. Cargo que los historiadores demoliberales de izquierda o derecha sostendrán, velada o científicamente (el funcionalismo positivista mata), hasta nuestros días. Y guay de quien se atreva a dudar de que Perón giraba órdenes a Hitler y la Gestapo desde Argentina.

En tanto, la flamante OEA (1948) retomaba el espíritu monroísta (por James Monroe) de la vieja Unión Panamericana (1891) y Henry Cabot Lodge (embajador del presidente Dwight Eisenhower en la ONU) se ilusionaba con atar « …los lazos que existen entre nosotros y todos nuestros vecinos de la Unión Panamericana ». Pero sólo le creyeron los que asistían a la proyección del filme estelar del año, Cantando bajo la lluvia, dando pasitos de baile o silbando como el inolvidable y antimacartista Gene Kelly.

El 11 de noviembre de 1953, sin dejarse intimidar frente a la dicha panamericanista, Perón pronunció una conferencia secreta en la Escuela Nacional de Guerra, cuyos ejes temáticos trascendieron recién en 1967. Tras analizar la situación mundial, continental y local, el führer de los argentinos proponía las líneas y los cursos de acción que Fidel y Chávez retomarían después : la nueva estrategia en la lucha por la liberación nacional de nuestra América.

En la ocasión, Perón habló de un mundo superpoblado y superindustrializado que « …presenta para el futuro un panorama que la humanidad todavía no ha conocido… un panorama en que las luchas serán eminentemente económicas… »

Añadió : Este proceso planteará, en forma cada vez más acuciante, dos problemas vitales para la humanidad : alimentos y materias primas. Y para ello, Perón planteó la alianza política y económica con Chile y Brasil. El pacto ABC.

Segunda parte

Según el historiador uruguayo Carlos Machado, cuando en febrero de 1946 Perón ganó los comicios presidenciales, con 53 por ciento de los votos, escribió a su amigo Luis Alberto Herrera, líder popular de los blancos de Uruguay (Partido Nacional) : Hay que realizar el sueño de Bolívar. Debemos formar los Estados Unidos de Sudamérica.

Propuesta que más de medio siglo después retomaría Hugo Chávez con la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba). Sin embargo, a diferencia del jefe de la revolución bolivariana, Perón tuvo que remar en soledad : contra las potencias hegemonistas que se habían repartido el mundo de posguerra, y contra los poderes internos que se alineaban con el panamericanismo impuesto por Washington (OEA, 1948), o abrían el paraguas si llovía en Moscú.

El senador peronista Diego Luis Molinari recorrió el continente llevando las propuestas unificadoras de Perón : un mercado común, una banca común, una sola moneda común, y una ciudadanía común para todos los americanos. Y como no hay historias sin guiños, entre los beneficiados del proyecto continentalista de Perón figuraba un combativo dirigente estudiantil de 22 años, que con el tiempo daría que hablar : Fidel.

Los fundamentos doctrinarios y geopolíticos de la Argentina peronista empezaron con propuestas de unión económica y política a Chile y Brasil (proyecto ABC, 1953). De puño y letra, Perón planteó :

  • 1. Avanzar por el camino de la persuasión popular que permita superar mentalidades localistas de profundo arraigo, e influir en los pueblos más que en los gobiernos, pues éstos se cambian como se cambian de camisa… En cambio, en los pueblos está lo permanente.
  • 2. Un curso de acción de esta naturaleza entraña mayores dificultades, e implica lentitud. La unión no puede ser impuesta por la fuerza. Debe lograrse por la acción política…sin sueños fantásticos de hegemonías, de mando y de dirección.
  • 3. El proyecto de unión debe distinguir entre unión y unidad. La unión se realiza entre unidades nacionales… Y la unión entre naciones exige que se trate de naciones libres, justas, soberanas.
  • 4. Argentina sola no tiene unidad económica ; Brasil solo, tampoco ; Chile igual. Pero estos tres países, unidos, cuentan con la unidad económica más extraordinaria del mundo entero, sobre todo para el futuro, porque estos son países de reserva del mundo.
  • 5. Tenemos un gran peligro por delante. La historia de la humanidad muestra que las grandes potencias, cuando necesitan bienes que no poseen o que se les agotaron, van en su busca y los consiguen por las buenas o por las malas.
  • 6. La obstinación en levantar fronteras ideológicas no hace sino demorar el proceso, y aumentar el costo de la construcción de la sociedad mundial… Los países han de unirse progresivamente con base en la vecindad geográfica, y sin imperialismos locales y pequeños.

La concepción estratégica del ABC despertó las furias de los demócratas sin adjetivos. En Uruguay, la prensa hablaba de imperialismo justicialista. En Brasil, el canciller Joao Neves de Fontoura (enemigo de Getulio Vargas) dijo que su país estaba contra los pactos regionales, y que éstos significaban la destrucción del panamericanismo. Y en Chile, Perón fue acusado de buscar la anexión, a lo que el presidente argentino respondió :« Estoy dispuesto a que Chile se anexe a la Argentina. Lo principal es la unidad… Que me digan si hay razones para mantener desunidos a Chile y Argentina ».

Con el suicidio de Vargas (1954) y el derrocamiento de Perón (1955), el proyecto ABC pasó a la historia. A partir de allí, entre la Alalc/Aladi (1960/80), y el ingreso de México al tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá (1994), los pueblos de nuestra América padecieron, exponencialmente, la magia del mercado : crecimiento económico sin desarrollo social. Y, por sobre todo, los estragos de la desunión.

Décadas después, con la revolución bolivariana, el espíritu del ABC tomó cuerpo en un contexto mundial radicalmente distinto al de su época. Alianzas económicas, mecanismos de integración, cooperación y entendimiento político, que irrumpirían con el Mercosur (1991), Alba (2004), Petrocaribe (2005), Unasur (2008), Celac (2010).

El logro mayor de este proceso tuvo lugar en la cuarta cumbre de las mal llamadas Américas (2005), cuando el viejo proyecto de libre comercio (o ALCA, cuya primera manifestación data de 1885) fue radicalmente cuestionado por los presidentes Hugo Chávez, Néstor Kirchner y Luiz Inacio Lula da Silva.

En 1889 y 1890, el ALCA estuvo cerca de concretarse. Pero no sucedió por la oposición del gobierno argentino, que a través de su delegado, Roque Sáenz Peña, manifestó : Tratar de asegurar el comercio libre entre mercados carentes de intercambio sería un lujo utópico y un ejemplo de esterilidad.

Palabras que José Martí celebró, advirtiendo que, en tal caso, « …tendría que declararse por segunda vez la independencia de la América Latina, esta vez para salvarla de Estados Unidos ».

José Steinsleger pour La Jornada

La Jornada. México, de 8 abril de 2015.

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