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20 septembre 2003

La pobreza se estanca en Latinoamérica

 

En el año 2002, el número de latinoamericanos que vive en la pobreza alcanzó los 220 millones de personas, de los cuales 95 millones son indigentes, lo que representa el 43,4 % y 18,8% de la población respectivamente. Éstas son estimaciones presentadas por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en un adelanto del Panorama social de América Latina 2002-2003. El proceso de superación de la pobreza se estancó durante los últimos cinco años, con tasas de pobreza e indigencia que se han mantenido prácticamente constantes desde 1997. La única excepción fue el año 2000, cuando el mejor desempeño de las economías permitió una reducción del volumen de pobreza en más de 4 millones de personas.

COMUNICADO CEPAL

Panorama Social de América Latina (2002-2003) -

SINTESIS -

En la pagina siguiente, podran encontrar también el enlace para el informe completo :
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(25 de agosto, 2003) En el año 2002, el número de latinoamericanos que vive en la pobreza alcanzó los 220 millones de personas, de los cuales 95 millones son indigentes, lo que representa el 43,4 % y 18,8% de la población respectivamente. Éstas son estimaciones presentadas hoy por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en un adelanto del Panorama social de América Latina 2002-2003.

El proceso de superación de la pobreza se estancó durante los últimos cinco años, con tasas de pobreza e indigencia que se han mantenido prácticamente constantes desde 1997. La única excepción fue el año 2000, cuando el mejor desempeño de las economías permitió una reducción del volumen de pobreza en más de 4 millones de personas.

A nivel de países, la evolución de estos indicadores entre 1999 y 2002 también se caracterizó por variaciones más bien pequeñas. Entre las excepciones figuran Argentina y, en menor medida Uruguay, que sufrieron serios deterioros de las condiciones de vida. En el área urbana argentina, la tasa de pobreza casi se duplicó al pasar del 23,7% al 45,4%, mientras que la indigencia se multiplicó por tres, subiendo del 6,7% al 20,9%.

Por otra parte, México y Ecuador (área urbana) son los únicos países estudiados que presentaron disminuciones perceptibles en sus niveles de pobreza e indigencia en ese período.

Las proyecciones de la CEPAL para 2003 indican que se volvería a producir un aumento de estas tasas a nivel regional, motivado sobre todo por la ausencia de crecimiento del producto por habitante. Las condiciones de vida permanecerían casi invariables en la mayoría de los países, salvo en Venezuela, donde la pobreza podría aumentar significativamente y en Argentina, donde la reactivación del crecimiento económico reduciría la proporción de pobres.

Magnitud del hambre en la región

Por otro lado, casi 55 millones de latinoamericanos y caribeños padecían algún grado de subnutrición a finales de la década pasada. En un capítulo especial dedicado al tema del hambre realizado en colaboración con el Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA), la CEPAL estima que el 11% de la población está subnutrida. Casi un 9% de la población infantil menor de 5 años sufre desnutrición aguda (bajo peso) y un 19,4%, desnutrición crónica (baja talla respecto a la edad). Esta última reviste especial gravedad por la irreversibilidad de sus efectos negativos.

El informe de la CEPAL presenta información sobre 18 países de América Latina sobre el gasto social público y centra su análisis en el impacto de la desaceleración del crecimiento económico sobre éste. En la pasada década, el gasto social por habitante se elevó un 58% de promedio en la región. El estudio concluye que pese a frenarse la importante expansión del gasto social registrada en casi todos los países entre 1990 y 1997, la mayor prioridad otorgada al gasto social, expresado como porcentaje del PIB, evitó disminuciones mayores de dicho gasto en términos per cápita, y que además se le dio preferencia a los gastos destinados a "capital humano" (educación y salud), en comparación con la otorgada a las restantes partidas, particularmente a la seguridad social. Esto, según la CEPAL, se tradujo en una mejora del impacto redistributivo.

Mujeres más educadas, pero más pobres

En cuanto al tema de pobreza y género, en el estudio se constata que en América Latina hay más mujeres que hombres en situación de pobreza. Las mujeres jefas de hogar cuentan con menos ingresos monetarios que los hombres, tanto en los hogares pobres como en los de mayor ingreso. Los hogares monoparentales, mayoritariamente encabezados por mujeres, sufren desventajas adicionales vinculadas con la ausencia de trabajo doméstico no remunerado.

Las latinoamericanas han alcanzado niveles de escolaridad superiores a los hombres y las mujeres activas tienen, en promedio, más años de instrucción. Pero ellas sufren con mayor severidad el desempleo, la discriminación salarial y las restricciones de tiempo. Durante los años noventa, la tasa de actividad económica de las mujeres creció a un mayor ritmo que la masculina. Pero mientras las tasas de desempleo masculino se incrementaron en 2,9 puntos porcentuales entre 1990 y 1999, las de las mujeres lo han hecho en 6,1%.

La CEPAL califica como aún "demasiado lento" el progreso registrado en la participación política de las mujeres y en la ocupación de puestos ejecutivos, salvo en los países donde se ejecutaron políticas de acción positiva.

El análisis de las encuestas de hogares permite una aproximación a la pobreza femenina desde el punto de vista de los ingresos. El porcentaje de mujeres mayores de 15 años sin ingresos propios supera ampliamente el de los varones. En las zonas urbanas el 45% de las mujeres carece de ingresos propios, comparado con sólo el 21% de los hombres.

En el capítulo dedicado a la Agenda Social, se revisa la situación laboral y las políticas de empleo en América Latina. Todos los gobiernos han ratificado los convenios internacionales fundamentales sobre no discriminación en el empleo. No sucede lo mismo con el trabajo infantil y la normativa sobre la edad mínima para trabajar vigente en la región, que presenta contradicciones con la internacional y una gran diversidad entre los países y dentro de ellos.

En el período de 1998 a 2003 se promulgaron reformas del derecho laboral colectivo en Colombia, del código laboral en Chile y Guatemala, y de los convenios colectivos de trabajo en Cuba. En México y República Dominicana se modificaron las leyes de seguridad social. Sin embargo, persiste como problema el incumplimiento de la legislación.

Para paliar los efectos de los cambios de las modalidades de empleo y el aumento de la inestabilidad laboral, los gobiernos han puesto en práctica diversas políticas. Entre las de carácter pasivo se incluyen los seguros de desempleo y entre las activas, el crédito a las pequeñas empresas (pymes) y la intermediación para la búsqueda de empleo. Sólo hay seis países en la región con seguro de desempleo : Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Uruguay y Venezuela.


Marie-Christine LACOSTE, CNRS,
Information Scientifique
Coordinadora de "RUMBOS"

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sobre y de America Latina - Ciencias Sociales y Humanas -
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