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16 mai 2012

Hollande a Berlín : « continuidad », « común voluntad », veremos en junio ...

par Rafael Poch de Feliu*

 

« Europa está dispuesta a emprender medidas para el crecimiento en Grecia  ». El nuevo presidente francés y la canciller alemana subrayan en su primer encuentro la continuidad de la relación franco-alemana y la voluntad de que Grecia siga en el euro

« Todo está sobre la mesa », dijo el nuevo presidente de Francia, François Hollande, tras conversar una hora con la canciller alemana, Angela Merkel, en Berlín. Su primera visita oficial, un primer tanteo sin consecuencias, a las pocas horas de la investidura, subraya la « continuidad  » de las relaciones franco-alemanes y la « común voluntad  » de entendimiento.

Lo que está en juego es la reformulación de la política anticrisis europea : « sacaremos conclusiones », dijo Hollande, mientras Merkel anunciaba «  propuestas conjuntas » para junio. Divididos por sus diferentes acentos, Merkel fijada en la austeridad y Hollande con el crecimiento y lo social por delante, la primera comparecencia publica no conoció tensión y vino presidida por una común declaración : « queremos que Grecia permanezca en el euro  ».

Hollande estuvo más desenvuelto y fue el que introdujo más matices. Mientras Merkel insistió en que Grecia « cumpla con el memorandum », con los términos asfixiantes que siembran la miseria en el país, Hollande se refirió al « sufrimiento » de los griegos, tras cinco años de recesión que la austeridad de Merkel ha empeorado, y les prometió apoyo con « medidas de crecimiento ». Ambos expresaron respeto a las elecciones griegas de junio.

La definición del crecimiento está en el centro de la evocada mesa europea. « Crecimiento es un concepto general y debemos hablar sobre su contenido », dijo Merkel. En contraste con el « duopolio » que criticó en la relación de Merkel con Sarkozy durante la campaña electoral, Hollande dijo buscar, « una relación respetuosa y equilibrada, tanto entre nosotros como hacia nuestros socios », un mensaje que es bien visto en Bruselas, donde el poder de la Comisión se vio devaluado por el rodillo de « Merkozy ». Los eurobonos, a los que Merkel se resiste, forman parte de los temas a discutir, dijo Hollande.

El francés llegó a Berlín con el viento a favor. Desde Holanda a España, pasando por una Grecia al borde de la ruptura con el euro, con una carta de doce jefes de gobierno europeos que ya murmuraba en marzo contra la asfixia del rigorismo, con once elecciones regionales sin ganar mayorías suficientes en la propia Alemania, todo favorece a Hollande. Para colmo, horas antes del encuentro la propia oposición de Merkel, el SPD, disparaba su artillería con munición francesa.

« De una crisis localizada y controlable hemos pasado a una crisis del euro, y Merkel y Sarkozy son los principales responsables », dijo Sigmar Gabriel, líder del SPD al presentar un documento para la corrección de la política anticrisis europea que había sido consensuado con Hollande. « El principal error ha sido plantear la crisis como un problema presupuestario sin atacar los problemas de crecimiento y de desequilibrio dentro de la Unión Monetaria, para lo que se requieren instrumentos apropiados », señalan los dirigentes socialdemócratas.

Tanto Hollande como el SPD y los socialdemócratas europeos quieren regresar al diagnóstico original y genuino de la crisis. « La actual crisis de Europa es la consecuencia de una crisis financiera », dice el SPD. « Desde 2008 la deuda pública europea se incrementó sobre todo porque los estados se vieron obligados a salvar a los bancos y a responder por los créditos fallidos del sector privado ». Por esa razón la deuda pública alemana pasó del 73% del PIB al 83%, la española del 36% al 70%, y se doblaron, o casi, las de países hoy intervenidos como Irlanda y Portugal.

Que una crisis financiera y privada haya sido convertida ante el público en una crisis de deuda pública se debe, « a la mayor campaña de relaciones públicas de la historia », se lee este mes en la revista berlinesa Cicero, que quiere ser una versión local del semanario « The New Yorker ». En ese cambio tramposo de narrativa, Merkel ha sido protagonista y la crisis de Grecia marcó la divisoria, señala la revista.

« De una crisis financiera se pasó a una crisis de endeudamiento de los Estados », cuyo principal mérito fue trasladar las culpas, de los bancos a la ciudadanía, su seguridad social, sus presupuestos de educación, etc. « Los bancos, como verdaderos causantes del embrollo, desaparecieron del campo de visión. En su lugar aparecieron países cuyos ciudadanos habían vivido por encima de sus posibilidades », escribe.

« El concepto crisis de deuda nos ha llevado por una senda equivocada  », dice Peter Bofinger, uno de los cinco sabios del consejo económico independiente que asesora a Merkel, y al que hasta ahora se ha hecho muy poco caso. « De esta forma se ha encubierto el hecho de que tenemos una crisis financiera y bancaria, porque los bancos se metieron en especulaciones en lugar de dedicarse al crédito sólido », afirma. Con Hollande, este discurso va a cobrar mucha mas fuerza en Europa.

Pero más allá de la política institucional, Hollande puede convertirse en un general sin ejército si un espíritu popular como el de 1848 o 1968 -que él mismo invocó ayer en el Hotel de Ville de París- no hace acto de presencia. No basta con la proclama, el gesto y el discurso. En manos de sus conservadores gestores, la reconducción de la política anticrisis europea parece condenada a la mera gesticulación, si no tiene detrás una presión rebelde que la sostenga. « Hollande es la última esperanza de los griegos », titulaba ayer Der Spiegel, pero se podría decir también al revés.

La Vanguardia. Barcelona, 16 de Mayo de 2012.

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