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6 février 2004

El Fondo Monetario Internacional toca la alarma debido a la creciente deuda de Estados Unidos

 

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha tocado la alarma acerca del estado de las finanzas y de la economía de Estados Unidos, advirtiendo que la expansión de la deuda externa y el aumento del déficit del presupuesto amenazan la estabilidad de la economía mundial.

Por Nick Beams
World Socialist Web Site, 2 de febrero de 2004

La advertencia apareció en un informe de 60 páginas titulado, "La programática de Estados Unidos para la economía y pautas para establecer la estabilidad a largo plazo", publicado la semana pasada. Declara que el enorme déficit presupuestario de Estados Unidos plantea "riesgos significativos" para el país y el resto del mundo. Puntualiza además que la expansión de la deuda externa de EE.UU., que aparentemente durante los próximos años será equivalente al 40% del Producto Interior Bruto (lo cual representa un "nivel sin precedentes" para los países industriales importantes) podría desestabilizar los mercados financieros internacionales.

Las exigencias de Estados Unidos para que el mundo lo financie cada vez más, además de la decadencia del valor del dólar, "posiblemente podría conllevar a consecuencias adversas en el interior y el exterior del país". En cuanto al financiamiento señala que el déficit en la balanza de pagos de Estados Unidos actualmente consume el 75% de los superávits mundiales. Todo esto podría llevar a que los inversionistas pierdan toda confianza ; cosa que haría aumentar las tasas de interés, lo cual resultaría en la reducción de las inversiones y en un rápido desaceleramiento de la economía mundial.

El jueves pasado, Charles Collyns, director asistente del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, se presentó en una conferencia de prensa en la que hizo varias referencias al informe. Anotó que en el año 2000 el presupuesto federal de Estados Unidos había contado con un superávit equivalente al 2.5% del Producto Interior Bruto. Pero para finales de 2003 éste se había convertido en un déficit equivalente al 4% del PIB. Aunque esto sería una ocasión para expandir la economía a corto plazo, "el surgimiento de un gran déficit fiscal, junto con indicios que perdurará a niveles sustanciales a menos que se corrija, plantea una serie de inquietudes multilaterales y de largo plazo."

Los crecientes déficits y los eventualmente menores ahorros estadounidenses conducirían a mayores tasas de interés real en Estados Unidos y el resto del mundo. Al mismo tiempo, la expansión de la deuda federal que resulta del déficit haría más difícil el financiamiento del Seguro Social y la atención médica. Además, "lo más probable es que los déficits prolongados de la economía incrementarán los desequilibrios mundiales reflejados en el enorme déficit en el comercio exterior actual de Estados Unidos y las grandes exigencias financieras vinculadas con éste".

Collyns concedió que la expansión cíclica de la economía estadounidense podría absorber una porción de sus propias reservas, lo cual resultaría en una reducción del déficit federal por medio de un aumento en las rentas internas y otros ingresos. Dijo que "aún cuando los gastos sean limitados de manera severa y los ingresos aumenten aceleradamente, todavía no podríamos borrar el déficit estructural de aproximadamente el 2% del PIB, aún cuando la economía funcione de pleno".

Para resolver el problema de este déficit estructural hay "necesidad urgente de reformar el Seguro Social y el programa de Medicare [programa federal de seguro médico para ancianos], lo cual significa hacerle frente a problemas sociales y políticos muy difíciles".

Cuando a Collyns le preguntaron cuáles serían las posibles "consecuencias adversas" que podrían resultar del ajuste "perturbador" de las monedas internacionales, consecuencia de la expansión de la deuda estadounidense, éste señaló que el actual déficit en la balanza de pago (más de 500 mil millones de dólares =US $500 billones) y el próximo pasivo externo (US$3.000.000.000.000.000.000 = US$3 trillones) del país "están acelerando bastante rápido relativo al PIB de Estados Unidos y a los ahorros mundiales".

"Por consiguiente, se corre el riego significativo que el apetito de los inversionistas extranjeros por los activos estadounidenses, y sobretodo por los del gobierno federal, disminuirá con el tiempo. Y creemos que hasta cierto punto durante el año pasado esto ya ha ocurrido, y es ello una de las razones por las cuales el dólar norteamericano ha perdido fuerza".

Una situación perturbadora, iniciada por el rápido y brusco movimiento en las divisas, causaría un gran impacto sobre el valor líquido y el precio de activos en Estados Unidos y a nivel internacional.

Hasta ahora, notó Collyns, la baja del dólar ha sido bastante uniforme, pero ello no significa que no ha tenido "un impacto muy complicado sobre la dirección de la macroeconomía en otros países, como en la zona del euro y en Japón. Y nos inquieta que si el problema de la economía de Estados Unidos no se resuelve, éste podría hacerse más difícil".

Los problemas de la "dirección de la macroeconomía" surgen del hecho de que una baja del dólar estadounidense termina en presiones para que el valor del euro y del yen suba, lo cual puede terminar en la expansión de tendencias recesionistas en las economías de Europa y Japón. El viernes, el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, hizo hincapié en el problema de estas presiones. Refiriéndose a la subida del euro, que ha aumentado más del 12% frente el dólar durante los últimos dos meses, enfatizó que la "volatilidad excesiva" de los mercados de divisas no eran del agrado del banco. El ministro del Ministerio del Trabajo y la Economía de Alemania, Wolfgang Clement, declaró que el euro fuerte representaba un "problema para el desarrollo económico de Europa". A la misma vez, Pascal Lamy, encargado de la oficina de comercio de la Unión Europea, ha advertido que el euro está alcanzando un nivel que podría crear problemas a la competencia de las exportaciones de la eurozona.

Por su parte, las autoridades japonesas anunciaron el mes pasado que el año pasado batieron el récord con el dinero que invirtieron en los mercados internacionales de divisas para comprar dólares estadounidenses y tratar de frenar la rápida subida del valor del yen ; medida que pondría fin a la expansión de los mercados de exportaciones que actualmente sostienen la recuperación limitada de la economía japonesa.

Aunque Collyns dejó claro que el FMI consideraba que el ambiente mundial era bastante favorable a la recuperación económica, la "baja bastante apreciable" del dólar hace más difícil que las autoridades japonesas y europeas "manejen su situación".

El gobierno de Bush respondió al informe haciéndole caso omiso a sus revelaciones. Funcionarios de la Casa Blanca declararon que el FMI se equivocaba en criticar las reducciones de los impuestos que Bush había puesto en práctica y que ya se habían tomado acciones para reducir el déficit del presupuesto.

John Snow, Ministro de la Tesorería, declaró recientemente que el gobierno reduciría el déficit un 50% durante los próximos cinco años hasta alcanzar un nivel de 2% del PIB. A Collyns se le pidió que comentara sobre esta declaración. Dijo que aunque la promesa podría lograrse en base a la programación actual, eso depende muchísimo de la recuperación cíclica de la economía estadounidense. Además, la promesa del gobierno no era suficiente. El punto de partida de estas actividades del FMI se basan en la presunción de que las reducciones pueden lograrse, pero, aún si esto ocurriera, al "cabo de un tiempo" la deuda federal seguiría aumentando en relación al PBI.

Collyns, por necesidad, respondió a las críticas contra el gobierno de Bush moderadamente, pero un editorial del ejemplar del viernes de la revista Financial Times fue un reproche severísimo.

"La reacción del gobierno a la crítica del FMI ha sido invocar de memoria la fórmula que planea reducir el presupuesto federal un 50% en cinco años. Asevera que la expansión de la economía aumentará los ingresos que provienen de los impuestos. Pero como promesa para establecer la estabilidad económica a largo plazo, esto no es más que una falsedad que casi llega a la hipocresía".

Según el editorial, el problema no se debe tanto a que Estados Unidos, que se enfrenta a una recesión interna y a una economía débil en el exterior, había acumulado déficits simultáneos en las finanzas y en las exportaciones, sino a que el gobierno ha optado por reducirle los impuestos a los ricos en vez de usar el dinero para asegurar el financiamiento completo del Seguro Social y el programa Medicare.

El editorial sigue y puntualiza que, con la economía de Estados Unidos, el gobierno de Bush ha heredado "uno de los sistemas más flexibles y permisivos en la historia de la economía, pero ahora este gobierno se ha convertido en una joven adolescente de 16 años que maneja el Ferrari de su madre y ha resuelto averiguar hasta qué punto puede comportarse irresponsablemente antes de estrellar el auto. No debería hacerle caso omiso a los adultos, a quienes deja atónitos cuando acelera por la autopista."

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