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14 août 2020

Economía mundial :
Todos quieren salvar al ahogado haciéndole beber más agua

 

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« Si los demócratas exigen la regulación de la deuda pública,
los trabajadores deben exigir la quiebra del Estado »
Karl Marx. [1]


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Entre el BCE que inyecta 750 000 millones de euros y el Estado francés que mete a cuenta de la Seguridad Social 136 000 millones de deuda [2], es bueno preguntarse cómo llegó el sistema capitalista a monetizar la deuda (medida previamente prohibida en todos los países occidentales).

El retorno de la deuda latinoamericana fue un primer marcador crisis financieras a repetición

A partir de 1982, fecha de la primera « crisis mexicana » [3], los países latinoamericanos sumidos en préstamos internacionales generalmente entraron en recesión. [4] Durante años los gobiernos de estos países han confundido « acumulación de deuda con acumulación de capital ». Como resultado, ya no es posible aumentar la renta disponible a través de la deuda, con los bancos esperando los intereses de la deuda armas a la mano. Por lo tanto, se pide a los gobiernos de estos países que realicen rápidamente recortes claros en el gasto nacional para liberar los fondos necesarios para pagar la deuda, de acuerdo con la fórmula adoptada en ese momento. « Préstamos forzados - reembolsos obligatorios ».

Cinco años después de la llamada crisis mexicana, el monto de los reembolsos de los países latinoamericanos es impresionante, una gran fracción de los intereses adeudados es reembolsado. La recesión de 1982-1983 y la fuerte devaluación (20% en términos reales entre 1981 y 1985) fue el precio a pagar para el pueblo. Estas medidas se combinaron con la hiperinflación, especialmente en Argentina (2000%) y Bolivia (30 000%) a mediados de 1985.

A partir de 1987, los bancos se dieron cuenta de que los países de América Latina estaban paralizados, y que no podían reembolsar más nada sin desencadenar graves riesgos políticos. Los bancos entonces no otorgaron más a los países de América Latina que los créditos necesarios para mantener el flujo de reembolso de los intereses adeudados. Reina la desconfianza, por lo que los mercados considerarán que los países endeudados ya no podrán reembolsar la totalidad de la deuda.

La ola de devaluaciones financieras cobra impulso

Esta comenzó a surgir en 1983, cuando colapsaron las cajas de ahorros estadounidenses. Más de 1 600 instituciones quebraron. El balance de 1985 fue pesado, las pérdidas se evalúan en 500 mil millones de dólares (casi la mitad de la deuda del tercer mundo). Dos años después es el histórico « Lunes Negro de 1987 » (se esfumaron 2000 billones de dólares). Después, las devaluaciones financieras se sucedieron una tras otra como nunca antes en la historia del capitalismo ... Si las crisis (bursátil y monetaria) destruyen regularmente el capital ficticio, esto solo se produce bajo la hegemonía del capital financiero, es la esfera de la circulación del capital la que se convierte en el eje de las crisis.

La llamada crisis « Tequila »

En 1994, estalló la crisis mexicana conocida como « Efecto Tequila », pero permanecerá en su conjunto limitada al ámbito financiero y por lo tanto apenas si afecto a la economía real [5] ; el peso se devaluó de un 40% y el octavo banco mexicano entró en insolvencia técnica. Michel Candessus, director gerente del FMI en ese momento, caracterizó la crisis Tequila como « la primera gran crisis en el nuevo mundo de los mercados financieros globalizados  ».

El gusano ya está en la fruta -como dicen los franceses- y de 1998. El LTCM, el fondo especulativo más importante de Estados Unidos, se encontró virtualmente en bancarrota en septiembre de 1998. La FED (Reserva Federal de Estados Unidos) se ve obligada a intervenir para evitar quiebras bancarias en cadena, 14 bancos intervinieron por la suma de 3 625 millones de dólares. La consecuencia fue una ola de despidos en varios bancos : ING Barings 1200, Merrill Lynch 4300…

La llamada crisis « asiática » toma el relevo. La economía real se ve afectada

Ese mismo año (1997-1998), la « crisis asiática » se extenderá sobre toda la economía y particularmente en el aparato productivo. El FMI entrará en acción y exigirá el desmantelamiento de los conglomerados (chaebols) de Corea del Sur y se le condicionará sus préstamos a la modificación del estatuto del Banco Central, para que éste se independice del poder político. De hecho, Estados Unidos y la Unión Europea acababan de eliminar a un formidable competidor cuya industria saquearon alegremente recuperando las empresas a precios de remate, tanto más fácilmente dado que la moneda nacional ya estaba devaluada. A diferencia de México, que reanudó sus exportaciones en 1995, la crisis asiática permanecerá latente. A finales de 1998, se podía hacer la siguiente observación :

América Latina y Rusia [6] están sobre el filo de la navaja, Japón se hunde una vez más en la recesión, Estados Unidos navega sobre una creciente burbuja financiera. Europa parece resistir con una tasa de crecimiento del 3% beneficiándose de la desgracia ajena. El euro pronto surgirá como moneda internacional y competirá con el dólar, el yen y el yuan. Todos los ingredientes para una gran crisis en la economía mundial ya están en su lugar, y Michel Camdessus, declaró : « Voy a dar la alarma : debemos prepararnos, sin demora, para la próxima crisis » (Les Echos. París, 14 de septiembre de 1998.)

La crisis argentina los inicios del riesgo estatal

De hecho, la próxima crisis surgirá a otro nivel : afectará duramente a la Argentina en 2001-2002 y planteará la cuestión del riesgo soberano, ya que la Argentina ya no podrá reembolsar a sus acreedores. Si en 1987, los bancos empezaron a decir que era necesario abandonar la idea de que « Las naciones no quiebran, por lo tanto los bancos no tienen que protegerse de las pérdidas » [7], la crisis argentina iba a plantear abiertamente, la cuestión del riesgo de Estado, que actualmente afecta a la Unión Europea pero también a determinados Estados de los Estados Unidos de América, como California.

Los Estados, que por el gran bien del capital financiero global han implementado políticas de endeudamiento exponencial, continúan por el mismo camino. Han empezado hace unos meses a financiar medidas anti crisis, a conseguir préstamos en los mercados financieros. Grandes cantidades de bonos y letras del tesoro llegarán a los centros financieros.

El absceso finalmente será perforado con la llamada crisis del crédito subprime (2009)

No vamos a revisar aquí la historia de esta « crisis del crédito subprime », pero sí mostrar las consecuencias. A partir de diciembre 2009, pasaremos del monetarismo antiinflacionario a su contrario, al retorno de la creación monetaria. Esto es posible mediante la transformación de las deudas privadas en deudas públicas, con miles de millones de dólares, euros, yenes, etc. que se mantendrá el crecimiento económico de la mejor manera posible. Todos los estados se encuentran cada vez más en déficit y no tienen otro recurso que conseguir préstamos en los mercados financieros para asumir las medidas anti crisis. Pronto, enormes cantidades de bonos y letras del tesoro llegarán a los centros financieros. Estos mismos centros financieros que exigen que el dinero gane dinero, entran en angustia no bien un Estado se encuentra en dificultades para pagar su deuda.

La alerta se da cuando Dubai ya no puede saldar sus deudas. Lo mismo ocurre con Grecia, que según la OCDE, su deuda pública para ese año es del 75,3% del PIB, es decir 300 000 millones de euros, que debería llegar al 89,3% en 2010. Las agencias de notación de Riesgo País acaban de rebajar la calificación de este país, muy pronto considerado en incumplimiento de pago. Gran Bretaña también se encuentra en una situación crítica y, según la prensa, podría verse degradada. No es la primera vez que los estados están en bancarrota, Yugoslavia fue desmantelada en la década de 1990 debido a su sobreendeudamiento, Serbia bombardeada por la OTAN y en 2001 Argentina caía estrepitosamente, al punto que el FMI lanzó la idea, que ya había sido expresada durante la crisis asiática de que era necesario legislar sobre «  riesgo país  ».

Lo nuevo hoy es que el riesgo país ya no afecta solo a países como Turquía, Líbano, Tailandia, Corea del Sur... sino directamente a los países de la OCDE. El diario La Tribune del 15 de mayo de 2009 informa sobre los Estados Unidos de América diciendo que : « Tendrán que devaluar el dólar, pero eso no será suficiente, también tendrán que renegociar su deuda. ».

El riesgo país provocará tendencias centrífugas dentro de la UE de tipo soberanista, toda una propaganda mediática sobre fiscalidad y paraísos fiscales es avanzada. El primer ministro griego, Georges Papandreou, llama a la unidad nacional contra el fraude fiscal, pero los jóvenes se rebelan contra la precariedad y toman medidas radicales… En Francia, pusieron la barba en remojo al empleado del banco suizo HSBC y a su lista de « evasores de impuestos ». Pretendieron atacar al gran capital, por ejemplo indicando que las empresas del CAC 40 hacen trampa y que las pymes (pequeñas y medianas empresas) pagan más impuestos que las multinacionales. Pero en realidad, fue el 31,2% del PIB de la UE de ayudas públicas que se destina a recomprar activos tóxicos.

Devaluaciones competitivas

La contracción del mercado mundial confirmará el regreso del proteccionismo. Las grandes misas sobre ecología « hay que salvar el planeta » son de este color, se trata de elevar los estándares « verdes », es decir impuestos, para proteger a ciertos sectores de la competencia, ver la apertura del mercado del capitalismo verde.

El recurso a devaluaciones competitivas está de vuelta, consiste en hacer caer su moneda para darle ventaja a sus exportaciones. Por ejemplo, Gran Bretaña ha permitido que su libra esterlina se deprecie de un 20% frente al euro desde agosto de 2008, lo que equivale de hecho a ocultar un impuesto del 20% sobre sus importaciones y acabará en los brazos del Brexit.

Lo mismo ocurre con el dólar US en caída libre, el franco suizo, el dólar canadiense… El ciclo de devaluaciones competitivas está en pleno apogeo, Todo eso se centra en el dinero real, es decir en valores seguros y ya no en billetes de papel recién producidos por la maquinita a billetes ; de ahí un cierto retorno al valor oro considerado como « el » refugio seguro.

Pero después de estas devaluaciones competitivas, todos han vuelto al punto de partida, el estancamiento está ahí y la recesión amenaza. El fin de la historia, pero del monetarismo, siempre vigorosamente atacado por James K. Galbraith, estaba a punto de sonar. El propio monetarista Friedman, en una entrevista con el Financial Times reconoció, ya en el 2003, que « el recurso a la cantidad de dinero como meta no ha tenido éxito. Hoy, no estoy seguro de recomendarlo con tanta fuerza como en el pasado ». El endurecimiento monetario de los años 2005-2007 va con la explosión de la crisis de las subprime, y la Fed se ve obligada a manejar la imprenta al exceso, y por esto su presidente Ben Bermanke será apodado « Helicóptero Ben » dado que este último vuela en ayuda de los mercados inyectando liquidez masivamente. [8]

En la Unión Europea, los criterios de Maastricht ya no son más válidos. El Banco Central Europeo está haciendo lo mejor que puede para gestionar los derrapes inflacionarios, Jean-Claude Trichet en la pura línea de lo que actualmente se llama el « consenso monetarista » interviene para desconectar la compra de bonos soberanos. Esta compra de deudas soberanas tendrá repercusiones muy visibles, los responsables de la toma de decisiones de la BCE son acusados -por los fieles de monetarismo- de hundir a la UE en la debacle financiera y económica. Jurgen Stark, uno de los economistas jefes del BCE renuncia, mientras que Axel Weber, presidente del Bundesbank, no deja de subir al frente contra los programas de recompra de deuda soberana de la BCE (actualmente 143 000 millones de euros). Acusa a la BCE de incrementar la oferta monetaria mediante una monetización de la deuda pública inflacionaria. Lo que conducirá al juicio de Karlsruhe.

Todo esto demuestra, si es necesario, que estamos llegando al final de los retoques. Prisioneros de la dualidad de elegir entre Keynes o Friedmann, terminan en el « consenso monetarista », es decir, en la admisión de su impotencia para gestionar este mundo.

Después de haber esperado la intervención de los fondos soberanos en la crisis, los estados regresan con las manos vacías y deciden recurrir a la monetización de la deuda.

De la deuda soberana a su monetización (Maastricht y Lisboa al cesto)

En septiembre de 2011, los gobiernos ya no pueden ignorar la caída de la bolsa de valores de mediados de agosto (se evaporaron 4 billones de dólares). Por tanto, la crisis griega aparece como una crisis dentro de la crisis. Como el nudo gordiano que debería romper las contradicciones internas del capital financiero internacional. Los bancos franceses y europeos están especialmente en primera línea de fuego, a tal punto que vía la prensa Christine Lagarde, recién elegida al frente del FMI, exige una recapitalización de los bancos europeos para que puedan contabilizar en sus cuentas las deudas de Grecia, Irlanda, Portugal, Italia, España y Bélgica. Los valores de los cuatro principales bancos franceses (BNP Paribas, Crédit Agricole, Natixis y Société Générale) han perdido, en promedio, 50% durante el último año y Natixis acaba de ser eliminado del CAC 40.

La Presidenta del MEDEF Lorence Parisot, sube al frente para apoyar a los bancos franceses contra los requisitos del FMI, lo que resultaría una reducción del 10% al 12% del capital social de los bancos europeos. Se acerca el final del juego, los estados y los bancos centrales han absorbido las pérdidas de los bancos y por ello puesto en relieve la deuda soberana, que por sí sola plantea la cuestión de su reestructuración o quiebra y con ella la cadena de Bancos acreedores : para los franceses 331 mil millones de euros, 435 mil millones para los alemanes y 341 mil millones para los ingleses.

Desde entonces, Christine Lagarde está al frente de la BCE y la prohibición de monetizar la deuda por el artículo 123 del Tratado de Lisboa, el ex artículo 104 del Tratado de Maastricht será sutilmente eludida por la expansión cuantitativa llamada por su siglas en inglés « QE » [quantitative easing] ya utilizado por el Banco Central de Estados Unidos (FED), el Banco Central de Japón (BoJ) y el Banco de Inglaterra (BoE).

El objetivo del QE en la zona euro ya no es alcanzar un objetivo de inflación cercano al 2% como se había dicho en los últimos años… sino es intervenir en la deuda pública recomprando cantidades ilimitadas de ellas. En una columna del Financial Times, Christine Lagarde no escribió otra cosa : « Estamos completamente preparados para aumentar el tamaño de nuestros programas de compra de activos y ajustar su composición, tanto como sea necesario y durante el tiempo que sea necesario ». Si en 2015 la BCE afirmó que la QE no era de ninguna manera una monetización de deuda, era porque había reglas estrictas en torno a la QE. El Tribunal de Justicia de la Unión Europea tomó nota en 2018 de estas normas afirmando que se respetaba el principio de prohibición de monetización.

Sin embargo, el 25 de marzo de 2020, el BCE anunció que se suspendían estas reglas. Ahora se permite flexibilidad en sus intervenciones, rompiendo con un pilar del Tratado de Maastricht y del Tratado de Lisboa. Al tomar esta decisión con la Junta de Gobernadores, Christine Lagarde puede haber recordado lo que declaró al Wall Street Journal el 17 de diciembre de 2010 : « Violamos todas las reglas de los tratados porque queríamos salvar la zona euro ». Cualquier estado puede ahora financiarse gratis con el Banco Central, el QE ya no tiene el objetivo de contener la inflación de la zona euro al 2% sino de intervenir en la deuda pública comprando cantidades ilimitadas de ella.

« Estamos completamente preparados para aumentar el tamaño de nuestros programas de compra de activos y ajustar su composición, según sea necesario y durante el tiempo que sea necesario » dice Christine Lagarde al Financial Times.

Deuda que se presenta como una escapatoria interminable basada en algunos valores refugios monetarios como el dólar y su poder militar asegurador, el franco suizo y la corona noruega e incluso la moneda japonesa. Todo el sistema solo se sostiene porque son estas monedas las que parecen más sólidas. Pero este andamiaje construido sobre las ruinas de Breton Wood terminará por desplomarse. Una nueva moneda fuerte basada en un cúmulo de plusvalía real resultante de la explotación de millones de trabajadores, se presenta como el relé positivo de una nueva expansión de la acumulación capitalista. Esta es la moneda china. Solo que no hay indicios de que China (ahora robotizada y líder en nuevas tecnologías) pueda mantener su expansión, especialmente si sus principales compradores se hunden aún más en la recesión.

El Armagedón financiero internacional, que todos temen, podría muy bien arribar si no se validan los montones de deuda que, en última instancia, están sostenidas por los pueblos como garantía.

Con las últimas noticias, nos enteramos de la quiebra de la gigantesca empresa mundial de tecnologías y servicios financieros alemana Wirecard, un escándalo sin precedentes que salpica a las autoridades.

Gérard Bad para Spartacus1918

Spartacus1918, el 1° de julio de 2020.

Traducido del español para El Correo de la Diáspora por : Carlos Debiasi

El Correo de la Diáspora. París, 14 de agosto de 2020.

Licencia Creative Commons
Esta obra está bajo una licencia Creative Commons. Atribución según los términos Sin modificación – No Comercial – Sin Derivadas 3.0 Unported. Basada en una obra de www.elcorreo.eu.org.

Notes

[11er Discurso en el Comité de la Liga de Comunistas, 1850.

[3Cuando estalló la crisis en 1982, había 550 bancos acreedores en México. La intensión del Banco Mundial, al otorgar préstamos a México, era mantener bajo su influencia a las autoridades mexicanas. Sobre este tema, consultar el libro de Eric Toussaint « Banco Mundial : El Golpe de Estado permanente »

[4Los ingredientes esenciales de la crisis de la deuda surgieron entre 1979 y 1981. Estados Unidos y otros países de la OCDE restringieron el crédito y aumentaron drásticamente las tasas de interés. Esto incrementó directamente la deuda latinoamericana, gran parte de la cual tenía tasas de interés variables. Atraídos por mayores tasas de interés o temiendo los riesgos de inestabilidad local, los latinoamericanos transfirieron su dinero al exterior : el dinero de los nuevos préstamos regresó a Miami. La fuga de capitales comenzó mucho antes del estallido real de la crisis (Le Ramsés 93 p 233)

[5« Si la caída o el aumento de los precios de estos valores no tiene relación con el movimiento en el valor del capital real que el representa, la riqueza de una nación también es grande antes de su depreciación o aumento de su valor que después. » (Le Capital T. III Cap. XXIX pág. 493 edt. Moscú.) De hecho, si la tasa de crecimiento antes y después de la crisis no se ve afectada, no obstante se produce una caída temporal de la producción durante Crisis de la deuda. Si la crisis no hubiera existido, la producción habría continuado a crecer.

[6La crisis rusa de 1998 no puede separarse de la de la URSS y la revisión semi-pacífica de los acuerdos de Yalta acompañada de « revoluciones de color ». Rusia tenía la intención de privatizar rápidamente sus empresas estatales, entregándolas a financistas internacionales para reembolsar las deudas e integrarse en el mercado mundial. Contaba con la Inversión extranjera directa (IED) de Occidente para salir de la depresión económica. La abortada privatización de la petrolera Rosneft provocó que la bolsa cayera de un 40%. Al estar la crisis limitada al ámbito financiero, la brecha fue sellada por el FMI. En agosto de 2006, Rusia pudo pagar por adelantado su deuda con 18 países del Club de París mediante el pago de una primera cuota de 23,7 mil millones de dólares.

[7El entonces presidente de Citicorp : Walter Wriston.

[8Descubrimos entonces que la oferta monetaria estadounidense aumentó rápidamente hasta el verano del 2009. Desde entonces, se ha estancado como exceso de reserva en los bancos a niveles históricos. La FED sigue los pasos de Japón (1998-1999) que hizo funcionar la imprenta para cubrir sus propios préstamos (compra de letras del tesoro). Como resultado, el Banco central pudo emitir liquidez que no circuló, la producción y el consumo permanecieron estancados y la deflación (caída de precios) continuó su ruta. La economía japonesa funcioná como una « trampa de la liquidez ».

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