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16 décembre 2005

El gobierno dió un paso clave en el "plan de desendeudamiento"

Argentina cancela totalmente "su deuda" con el FMI a fines 2005.

Todo en un pago y chau al Fondo

par Maximiliano Montenegro

 

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El presidente Kirchner anunció la cancelación total de la deuda con el Fondo Monetario en un único pago de 9810 millones de dólares, a concretarse antes de fin de año. Las divisas saldrán de las reservas del Banco Central. En la economía no cambiará gran cosa, pero la decisión tiene un fuerte contenido político. La coordinación con Brasil y Venezuela. En Washington, felices.

Contra todas las especulaciones, el presidente Néstor Kirchner anunció la cancelación total de la deuda con el Fondo Monetario en un único pago de 9810 millones de dólares, a concretarse antes de fin de año. Las divisas saldrán de las reservas del Banco Central, que aún después de semejante pago ascenderán a casi 18.000 millones de dólares, suficientes para respaldar la totalidad de los pesos circulantes en la economía a una paridad de 3 a 1. Con la medida, el Gobierno ahorrará 842 millones de dólares en intereses.

Pero, más allá del impacto económico, conlleva una fuerte señal política, después de la excelente aceptación que tuvo el mismo anuncio realizado dos días antes por la administración Lula en Brasil (Ver : Brasil paga por adelantado todos sus compromisos con el FMI).
. La decisión fue presentada por Kirchner como parte del "plan de desendeudamiento" y, en la versión oficial, permitirá cerrar la puerta a "las constantes intromisiones y exigencias" de los burócratas del FMI en política doméstica. Sin embargo, nada impide que el G-7 (Grupo de los Siete países más industrializados, liderado por Estados Unidos), verdadero dueño del Fondo, siga presionando en el futuro por cuestiones tales como el aumento de tarifas de las privatizadas o por los intereses de los bonistas que quedaron fuera del canje de deuda.

Así como el Fondo Monetario festejó el anuncio de Brasil de cancelar la totalidad de su deuda con el organismo (15.500 millones de dólares), su director gerente, Rodrigo Rato, saludó anoche la determinación del gobierno argentino. También el secretario del Tesoro, John Snow, elogió la medida y aseguró que "demuestra buena fe". Tal reacción es comprensible.

Desde que los republicanos volvieron a la Casa Blanca, la administración Bush adoptó la política de no capitalizar más (con "el dinero de los plomeros y los carpinteros norteamericanos") a los organismos multilaterales de crédito y por eso no hay nada que Washington vea mejor que el recupero de los préstamos que el Fondo otorgó durante las crisis de fines de los noventa. Después de los anuncios de esta semana de Brasil y Argentina, ahora sólo queda Turquía como gran deudor del organismo.

Más aún, no conforme con el los pagos por 6884 millones de dólares que efectuó el gobierno de Kirchner desde principios de 2003, en julio último el propio FMI, en un documento oficial, "recomendó el uso de las reservas para recomprar deuda" y acelerar los pagos, como recordó el titular del Banco Central Martín Redrado.
Los vencimientos con el Fondo en el 2006 ascendían a 5082 millones de dólares ; en el 2007, a 5082 millones ; y en el 2008 a 435 millones.

Lo que anunció Kirchner fue que todos esos vencimientos se cancelarán en una sola cuota de 9810 millones, antes de fin de año. La operación significará un ahorro en intereses de 842 millones de dólares, número que surge de restarles a los intereses que se dejarán de pagar al Fondo (a una tasa de 6 por ciento anual) los intereses que dejará de cobrar el Banco Central por las reservas depositadas (al 3 por ciento anual) en el Banco de Basilea.

Para tomar la decisión, Kirchner tuvo antes que sacarse de encima a Roberto Lavagna, quien, pese a que ayer difundió un comunicado aplaudiendo la medida (ver aparte), siempre creyó que lo mejor era buscar una refinanciación de la deuda con el Fondo, pateándola hacia adelante. El ex ministro pensaba que era mejor "pagarle de a poquito" al organismo, considerando que Argentina deberá refinanciar a partir de 2006 una parte creciente de su deuda con los acreedores privados y que nadie posee la bola de cristal para pronosticar qué ocurrirá en los próximos años en el escenario financiero internacional.

Sin embargo, Felisa Miceli dejó en claro ayer que no habrá ningún problema de financiamiento, al menos, en el 2006. El año próximo, Argentina necesita fondos para cubrir vencimientos de deuda (entre Banco Mundial, BID y acreedores privados) por unos 5000 millones de dólares. Según la ministra, la cancelación con el Fondo permitirá "ahorrar" pagos al organismo por unos 6000 millones de pesos (2000 millones de dólares) previstos en el Presupuesto 2006, los que irán a engrosar el Fondo Anticíclico. A su vez, ya están garantizados otros 3000 millones de dólares que aportarán los títulos públicos comprados, fundamentalmente, por el gobierno de Venezuela.

Algunos funcionarios dicen que Lula se apresuró, urgido por la necesidad política, con su anuncio, obligando a Kirchner a adelantar los tiempos. Pero aun así uno de los puntos fuertes del "plan de desendeudamiento" fue la coordinación tanto con Brasil como con Chávez. "Este ha sido un paso largamente conversado con los presidentes del Mercosur, y en especial con el presidente Lula da Silva, así como también con la República Bolivariana de Venezuela", dijo Kirchner.

En sí, la cancelación de la deuda con el Fondo no cambiará lo esencial del escenario económico de los últimos tiempos. El dólar seguirá rondando los 3 pesos y continuarán las políticas de alto superávit fiscal y de acumulación de reservas por parte del Banco Central, cuyas compras contribuyen al mismo tiempo a sostener el dólar alto. El dilema de cómo contener la inflación, en tanto, permanecerá inalterado.

El impacto de la decisión es más que nada político. En las cercanías del Presidente se entusiasman con los "grados de libertad" que ganará la política local frente a Washington y hay quienes hablan, con ironía, del plan "rotas cadenas". Incluso se ilusionan con dar el último cachetazo a la burocracia del Fondo, copiando una actitud de Lula que en Buenos Aires pasó desapercibida. El presidente brasileño anunció que la oficina permanente que mantenía hasta ahora el FMI en Brasilia será cerrada.

El FMI igual quiere ayudar

"Seguimos dispuestos a prestar asistencia a las autoridades argentinas en cualquier manera que pueda ayudarlas a enfrentar sus desafíos", ofreció el director gerente del Fondo Monetario, Rodrigo Rato, quien se desentendió de las duras críticas formuladas por Néstor Kirchner al organismo. El funcionario hizo una rápida declaración en la cual dijo que "saludo el pago por parte de Argentina de sus obligaciones pendientes con el FMI".

Rato se mantuvo ajustado al lenguaje diplomático, pero hizo una sutil diferencia respecto de su comentario cuando el que anunció el pago de la deuda fue Brasil. "La decisión ha sido tomada por el Gobierno conforme a sus derechos como cualquier miembro normal del Fondo y refleja su confianza en que su posición externa es suficientemente fuerte como para garantizar un pago anticipado", indicó. El martes pasado, en cambio, fue enfático al asegurar que Brasil se encuentra en una posición de fortaleza, lo que no concedió para Argentina.

Pàgina 12. Buenos Aires, 15 de diciembre de 2005

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