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20 février 2006

Argentina :
Tres años para salir del pozo y alcanzar su nivel histórico de actividad económica.

 

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El fuerte impulso de la recuperación económica permitió que en el último año Argentina pudiera volver a alcanzar su nivel histórico de actividad económica. El indicador provisorio del Indec da cuenta de un crecimiento del 9,1 % en el 2005 contra el año anterior.

Por Página 12
Buenos Aires, 17 de Febrero de 2006.

El nivel de actividad económica, un estimador aproximado a la evolución del Producto Interno Bruto, resultó en el total acumulado de 2005 un 9,1 % superior al registro del año anterior. En el cierre del año, según el Indec, el crecimiento interanual alcanzaba al 8,1 %, lo cual señala que todavía no aparece la varias veces anunciada "desaceleración". Diciembre arrojó un índice superior al mes precedente en 0,3 %, eslabonando así 37 meses consecutivos de crecimiento.

Con tres años consecutivos de fuertes tasas de crecimiento (8,8 % en 2003, 9 % en 2004), la economía por fin alcanzó en el último año ubicarse nuevamente en sus máximos niveles históricos, después de una profunda recesión que la alejó de los indicadores alcanzados en 1998. Tomando el acumulado de los últimos tres años, este período resulta el de más vigoroso crecimiento del último siglo, claro que partiendo de un piso muy bajo.

Más allá de lo que reflejan las estadísticas, el tema en debate y que más preocupa a analistas y funcionarios es la sustentabilidad de este crecimiento. Un dato a favor de que el impulso puede continuar es que la tasa de inversión se encuentra en torno del 21 % del producto bruto, una proporción sin precedentes cercanos. Este resultado tiene como principal argumento el impulso dado por la construcción, que mantiene todavía tasas de crecimiento anual del orden del 15 al 20 %. Por un lado, es la obra pública la que alimenta este boom. Pero, por otro, los emprendimientos inmobiliarios se han convertido en un refugio buscado por inversores que abandonan la opción de las colocaciones financieras.

También la producción industrial alcanzó niveles record luego de haber crecido el año pasado un 7,7 %, con lo que superó los niveles máximos alcanzados durante 1998, alentada por la mayor demanda interna y también, en actividades como la automotriz, impulsadas por la exportación. Las terminales automotrices se preparan para seguir este año con la tendencia expansiva de los últimos dos períodos. Tras una disminución del ritmo productivo en las primeras semanas del año, debido al mantenimiento integral de sus plantas, luego de tres años de no hacerlo, el sector retomó el ritmo de producción apuntando, incluso, a superar los niveles de 2005. También en el agro hay expectativas favorables para el año corriente. Las primeras proyecciones privadas -a partir de un informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires- revelan que la cosecha nacional de soja de esta campaña rondará los 40 millones de toneladas. De lograrse ese volumen, se alcanzaría una nueva zafra record.

La bonanza de la recuperación también se extiende a los sectores de servicios. Transporte y Comunicaciones, Intermediación Financiera y Comercio alcanzaron también tasas de crecimiento en el último año superior al 10 %, por encima de las logradas por la industria manufacturera y la producción y suministro de electricidad, gas y agua.

Cosecha record, altos niveles de inversión y dinamismo exportador podrían volver a ser motores del crecimiento para este año, que las estimaciones más moderadas del sector privado ubican en el 7 % como piso. La cuestión pendiente es qué sucederá con el consumo y el nivel de ingresos de la población, puesto que el año se inicia con una política económica que lleva como principal bandera la lucha contra la inflación.

La postura transmitida por el presidente de la Nación es buscar "un término medio entre congelar los precios y subir las tasas de interés para enfriar la economía". Es decir, por una vía que no utilice ninguna de esas dos herramientas. Mientras que las voces resucitadas del neoliberalismo advierten que el "excesivo crecimiento" podría alentar la suba de precios, el Gobierno intenta por la vía de acuerdos con grandes formadores de precios mantener bajo vigilancia su evolución, fundamentalmente en productos de la canasta básica. La apuesta a una mayor oferta, en vez de restricción de la demanda, es por ahora una expresión de deseos oficial a la espera de una respuesta de los sectores privados.

Con una economía donde todavía la pobreza castiga al 34 % de la población y el desempleo ronda el 10 %, el horizonte económico se mantiene favorable para el Gobierno. Sin embargo, el desafío está planteado en la necesidad de abrir una nueva etapa que priorice la redistribución de la riqueza. Hay que "aplicar políticas concretas para que este crecimiento llegue a todos los sectores", sostuvo el jefe de Estado esta semana en un acto en la Casa de Gobierno.

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