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17 janvier 2010

Argentina
La continuidad de juicios contra lesa humanidad es « irreversible », dice el juez Rozanski,

 

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El juez federal afirmó que los juicios por violaciones a los derechos humanos continuarán "de manera irreversible" y señaló que la sociedad « tiene una materia pendiente » que es "analizar qué se hace después del genocidio" ocurrido durante la dictadura militar, para permitir « una verdadera reconversión de las instituciones ».

"Más allá de las reacciones negativas, algunas insostenibles y otras insoportables como la desaparición de Jorge Julio López, el avance hacia un proceso de concientización a partir de la memoria, la justicia y la reparación, es irreversible", sostuvo el presidente del Tribunal Oral Federal n°1 de La Plata que en 2006 condenó a prisión perpetua al represor Miguel Etchecolatz y al sacerdote Christian Von Wernich por delitos de lesa humanidad.

En una entrevista con Télam, Rozanski remarcó la "trascendencia internacional" de los juicios iniciados desde la nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final en 2003 que modificaron sustancialmente la imagen argentina en esa materia.

« Argentina es el único país en el mundo que realiza estos juicios después de 30 años y no valorarlo es nocivo socialmente », señaló el magistrado al remarcar el « reconocimiento internacional » que despierta « ser un país que se plantó frente a la violación de los derechos humanos aún tardando 28 años » de la recuperación de la democracia.

Para Rozanski, los organismos de derechos humanos fueron « decisivos » para el desarrollo de los juicios porque « marcaron el ritmo » con « la constancia y la coherencia en el reclamo que pusieron a lo largo de 30 años ».

Sin embargo, reconoce « dificultades » con los tiempos procesales, porque "cada causa es a su vez origen de otras.

« Es más, de los propios juicios derivan otras causas », situación que lo llevó a proponer sin éxito « concentrarlas por circuito de centros clandestinos o por cuerpo de ejército", según el lugar del país, para permitir « menos juicios con una inversión mayor de tiempo, pero no de dinero ni de recursos humanos ».

A un mes de que comience el juicio conocido como « causa Dupuy » en el que el Tribunal que integra juzgará delitos cometidos entre 1976 a 1980 en la Unidad Penitenciaria 9 de La Plata, el magistrado insistió en que « falta hablar de lo que pasó ».

« El fenómeno de la dimensión del terrorismo de Estado pone a prueba a la sociedad hacia el futuro, porque una vez que termina formalmente esa etapa y comienza la época democrática, aparece el otro desafío de analizar lo que pasó desde lo histórico, jurídico y social », planteó.

Según Rozanski, ese abordaje « va a permitir tener un tipo u otro de sociedad » y la respuesta « no la puede dar un político, un sacerdote o un filósofo », sino que « debe ser resuelto interdisciplinariamente con la humildad intelectual de tener como mira la mejora institucional ».

En el plano jurídico, consideró necesario « una continuación de la mejora institucional » porque « son mucho más que juicios, son juicios por violaciones masivas a los derechos humanos » que requieren « jueces más humanos, más abiertos, con orejas más grandes ».

La falta de un debate interdisciplinario significa para el magistrado « que en 30 años no haya habido una reconversión institucional profunda en materia seguridad, de justicia o en materia penitenciaria, por ejemplo », lo que según su criterio sólo se da « si el entorno social acompaña el cambio ».

En ese marco, interpretó el robo de archivos de represores ocurrido el 30 de diciembre a las oficinas de la Secretaría de Derechos Humanos bonaerense como un ejemplo de esa falta de reconversión institucional que « no permite tener instituciones democratizadas ».

« Aunque cueste tener que reconvertir una institución aceptando que no son problemas aislados de un funcionario delincuente o corrupto, sino que a veces la propia institución tiene espacios muy grandes que generan ese tipo de funcionarios, hay que trabajar desde afuera porque la propia institución esta atravesada por ese fenómeno », evaluó.

En ese sentido, consideró que la reconversión « es un proceso difícil, pero posible » porque « en cada institución hay gente con capacidad para llevar adelante esos cambios ».

Télam. Buenos Aires, 17 de Enero de 2010.

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